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Sociedad

Touraine, contra el dogma cultural estadounidense

En un mundo globalizado y gobernado con fuertes criterios económicos, la cultura se está convirtiendo en un negocio, una industria creciente en las últimas décadas. æpermil;sta fue una de las principales conclusiones del Primer Encuentro Cultura y Sociedad organizado en Sevilla por la Caja San Fernando y Cinco Días.

Alain Touraine, profesor de Ciencias Sociales de la Escuela de Estudios Superiores de París, que intervino ayer a última hora de la tarde, cerró el encuentro con un alegato en favor de que el 'multiculturalismo' o búsqueda de los derechos sociales y culturales de los pueblos del mundo penetre efectivamente en los fundamentos de la política, es decir, de la democracia, al igual que en el siglo XX la lucha por los derechos de los trabajadores se tradujo en leyes tras su asimilación política.

Hasta el punto de que, según Touraine, 'la democracia se debe organizar en torno a los derechos culturales o si no morirá'. ¿A manos de quién? La mano negra es lo que denomina 'movimientos culturales totalitarios', que, cita a Estados Unidos, tratan de imponer un dogma cultural como modelo universal. Touraine cree que el papel de la mujer será vital en esta batalla.

En la primera mesa, La cultura y el desarrollo social de las ciudades, ponentes como el escritor José María Ridao o Susana Zapke, catedrática de Gestión Cultural de la Universidad de Bremen, reivindicaron que la economía y la descentralización política entendida como la pérdida de competencias de los Estados nacionales frente a poderes locales o económicos, no deben causar un daño irreparable a la cultura universal en beneficio de los particularismos.

En la segunda mesa, La cultura y el desarrollo económico de las ciudades, comenzó con un veterano Antonio Garrigues Walker, presidente de la Fundación Ortega y Gasset entre otros muchos cargos, sentado entre el público para admirar la pasión de Antonio Puig, asesor del Ayuntamiento de Barcelona. Puig exponía el gran invento cultural catalán tras las Olimpiadas de 1992: los 'años temáticos'. Una alternativa al modelo de los parques temáticos por la que la ciudad entera se consagra al desarrollo de un lema cultural durante un año mediante la celebración de múltiples exposiciones y actos. El Año Gaudí (2002) atrajo a Barcelona a millones de turistas. Y ahora están en el Año Dalí. Qué duda cabe, venía a decir el asesor del consistorio de la Ciudad Condal con humor, que como 'catalanes que somos nos gusta la relación entre negocio y cultura'.

El propio Garrigues Walker tuvo mucho que decir al respecto y puso el ejemplo de Barcelona como el peldaño aún por escalar por ciudades como Madrid y Sevilla en lo que se refiere a participación ciudadana en el negocio cultural.

Porque, para Garrigues Walker, 'la cultura empieza a generar riqueza en cantidades masivas'. Y busca sitio en ese negocio a las empresas. 'Tras los últimos escándalos financieros, las cosas están cambiando', señala. 'Hasta ahora los empresarios han hecho sus aportaciones a la sociedad y la cultura de una forma remolona, pero el empresario debe pasar a generar cultura', matizó el abogado.

El encuentro de Cultura y Sociedad fue presidido por Alfredo Pérez Cano, presidente de la Caja de Ahorros San Fernando (uno de los patrocinadores); dirigido por Juan Manuel Suárez Japón, catedrático de Geografía de la Universidad Pablo de Olavide, y coordinado por Juan Carlos Marset, profesor de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad de Sevilla.

Tras la intervención de Alain Touraine, el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, fue el encargado de clausurar el encuentro.

La marca de un país es su acervo

José Luis Cuerda, director de cine con obras como La lengua de las mariposas, descubridor del director Alejandro Amenábar (Tesis, Los otros), tuvo una visión pesimista del modelo cultural vigente al señalar que el Gobierno español es el que concede menos subvenciones al cine de toda Europa. Según Cuerda, los poderes públicos actuales tienden a fomentar los medios audiovisuales porque estos medios eliminan la visión crítica.El consejero andaluz de Empleo y Desarrollo Tecnológico, por su parte, abogó porque en Andalucía se produzca el cambio cultural que supone revalorizar el espíritu emprendedor.Luis Navarrete, presidente de la Diputación de Sevilla, dijo en la conferencia de apertura que 'no se debe caer en la tentación de hacer política con la cultura sino cultura con la política'.José Ramón Lasuén, catedrático de teoría económica de la Universidad Autónoma de Madrid, señaló durante el encuentro que los países venden también su imagen de marca a través de su cultura: 'Un país con exponentes culturales elevados traslada esa imagen al resto de los productos que vende'.

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