"Iveco tiene que reducir costes para ser rentable"
Iveco cerró 2002 con una cifra de negocio de 9.000 millones de euros y unas pérdidas de 483 millones. Ese resultado negativo y la mala situación económica que atraviesa Fiat, su principal accionista, han colocado a la compañía en una situación incómoda.
Para intentar corregir el rumbo, el grupo italiano ha contratado a José María Alapont como nuevo consejero delegado de la compañía. Este ejecutivo valenciano intentará aplicar en Iveco la experiencia acumulada durante su paso por Ford España, Valeo y Delphi.
Pregunta. Acaba de llegar a Iveco, pero ¿podría hacerme un diagnóstico de la compañía? ¿Cómo puede volver a ser rentable?
Respuesta. La compañía no es rentable, pero también es cierto que en los últimos años ha realizado un esfuerzo importante para renovar su gama de producto. A finales de 2004, habremos renovado el 90% de todos nuestros productos. Esa situación es idónea, porque considero que en 2004 pueda darse una cierta recuperación económica que animará el mercado de los vehículos comerciales. Además, en 2005 se aplicará el reglamento europeo sobre emisiones Euro4, lo que favorecerá la renovación del parque. Iveco tiene que aprovechar esas dos oportunidades para volver a la rentabilidad.
P. Usted ha decidido el cierre de la planta de autobuses que Iveco tenía en Mataró (Barcelona). ¿Es el primer cierre de un plan más amplio?
R. No, para mejorar nuestra rentabilidad hemos de aplicar una nueva estrategia basada en la tecnología y en la calidad del producto. Eso, combinado con una reducción de costes y una reestructuración de los medios de producción. Es cierto que hemos concentrado la producción de Mataró en el centro de la Zona Franca de Barcelona. En nuestra división de autobuses, denominada Iribus, haremos otra concentración en un país europeo que todavía no puedo hacer público.
P. En España, ¿las plantas de Madrid, Valladolid y Barcelona tienen asegurada su continuidad?
R. Sí. En Madrid hemos concentrado la fabricación de los grandes camiones. En Valladolid, estamos contentos con la producción de determinadas versiones de la Daily, nuestro vehículo más ligero, y, finalmente, en Barcelona hemos decidido fijar nuestro centro de producción de chasis (la base del vehículo) para venderlos a los carroceros de autobuses y autocares. España es el mercado con mayor número de carroceros del mundo.
P. ¿No están amenazadas las plantas españolas por la nuevas fábricas del Este europeo?
R. No. Las fábricas del Este deben atender su mercado, que es emergente. Un camión es un producto caro. ¿Dónde se fabrican los camiones en Europa? En Suecia, Alemania, Francia y España. Los salarios no son determinantes.
CV
Nombre José María Alapont.Edad 53.Empresa Consejero delegado de Iveco desde el pasado 1 de octubre. Empezó su carrera en Ford en 1974. Entre 1990 y 1997 trabajó en Valeo y desde ese año hasta el pasado octubre ocupó cargos de máxima responsabilidad en Delphi.Formación Ingeniero industrial por la Escuela Técnica de Valencia y doctor en Filología por la Universidad de Valencia.
El apunte
Un sector en el que no se prevén más fusionesHace diez años existían una treintena de fabricantes de vehículos comerciales. Hoy sólo quedan media docena.Iveco forma parte de Fiat. ¿La mala situación del accionista puede influir en el futuro de la compañía?Iveco es parte fundamental del grupo Fiat a largo plazo. En ningún momento se cuestiona nuestra continuidad. Además, contamos con cuotas de mercado considerables en cada segmento, lo que garantiza la continuidad de todas nuestras actividades: camiones ligeros, medios y pesados; autobuses; defensa y vehículos especiales, y motores y transmisiones.¿Cree que se mantendrá la concentración en el sector?No. La reestructuración ya está hecha. Ahora quedamos pocos fabricantes. Unos tenemos toda la gama de vehículos y otros se han especializado en camiones pesados. Unos apuestan por abordar el mercado mundial y otros no. En todos los casos hay unos que ganan dinero y otros que pierden, depende de la gestión. Nuevas concentraciones no son necesarias a menos que el accionista quiera salir del negocio.