Vinos y cecina, pura esencia del Bierzo
Dos productos agroalimentarios castellanoleoneses, con denominación de calidad, han sumado sus fuerzas para promocionarse en toda España. La cecina y los vinos del Bierzo. Argumentos no les faltan.
La DO Vinos del Bierzo es una de las regiones con mayor potencial. La variedad autóctona, la mencía, proporciona gran personalidad a las elaboraciones, que destacan por su frutosidad, potencia y acusado color, y que se manifiesta muy apta para la crianza en madera.
Hoy en día, las modernas bodegas bercianas apuestan por producciones cortas y de calidad, con excelentes resultados. Como Bodegas Estefanía con sus Tilenus, especialmente su Pagos de Posada, un vino de vanguardia. Muy recomendables son también el Dominio de Tares Cepas Viejas, de la bodega del mismo nombre; el Corullón de Descendientes de J. Palacios o el Pittacum, de la bodega homónima, vinos todos ellos que rinden tributo a la excelente mencía y que se codean con cualquier gran elaboración de prestigio nacional.
Y al Bierzo más vinícola se suma la cecina, un estupendo maridaje para estos tintos con crianza. Con el despiece de los cuartos traseros de vacuno mayor (tapa, contra, babilla y cadera) procedentes de vacas castellanoleonesas, gordas y grasas, convenientemente saladas, ahumadas y secadas entre 7 y 12 meses, se obtiene una deliciosa cecina artesanal de aroma y sabor inconfundibles, como las que en Astorga producen Feblame y Embutidos Evilio.