Claves para comprar una embarcación
Hay dos momentos felices en la vida de un navegante, cuando compra el barco y, después, cuando lo vende'. Este es el dicho, que en tono de broma, corre de boca en boca entre marineros, pero que también tiene su parte de verdad. Disponer de un barco no es barato, porque además de comprarlo hay que mantenerlo. Sin embargo, los gastos no parecen asustar, como demuestra la asistencia al reciente Salón Náutico de Barcelona.
Pero ¿quién se acerca a conocer las novedades náuticas pensando en una posible inversión? El perfil habitual, según Miguel Company, presidente de la Asociación de Industrias Náuticas (ADIN), está formado por 'empresarios, ejecutivos, profesiones liberales y mandos intermedios, eso sí casi todos ellos varones y con una edad que se acerca a la cuarentena'. Por su parte, Juan Sánchez gerente del astillero Astraea, distingue entre el comprador tradicional de yates, con un poder adquisitivo siempre medio-alto, que busca el yate normalmente de motor, bien de pesca o bien de paseo, y el verdadero aficionado a la navegación que prefiere la embarcación a vela; éstos pueden corresponderse con un perfil de renta más baja.
Mientras los yates a motor rondan el 80% de las ventas, los de velamen -más baratos- acaparan el porcentaje restante, y dentro de estos últimos los veleros de crucero suponen el 90% y los de regata en torno al 10%. Aparte del desembolso requerido por la compra, hay que contar la inversión en mantenimiento.
La horquilla de precios es amplísima al hablar de adquirirlo. 'Los bancos entre los 9 y 24 metros de eslora podemos encontrarlos a partir de 20.000 euros, pero entre ellos no se incluirían los yates, con esloras desde los 20 y 25 metros', según el presidente de ADIN.
El gerente de Astraea subraya que los precios 'no son proporcionales al tamaño'. Sánchez explica que el barco de 12 metros no cuesta el doble que el de seis, sino tres o cuatro veces más ya requiere más exigencias de acabado y equipación.
Otra opción que recomienda José María de la Fuente, un pequeño empresario madrileño aficionado a la vela, es comprar una embarcación de segunda mano. 'Yo primero me tuve que conformar con alquilarlo, algo que aconsejo para comprobar el interés por la navegación, hasta que hace tres años adquirí un velero de 27 pies, y 8 metros y medio de eslora, por 16.227 euros'.
En cuanto al mantenimiento anual, Miguel Company asegura que éste suele ser equivalente al 10% del valor de la compra del barco, aunque la cantidad final variará según la edad de la embarcación, así como de las habilidades y aficiones del propietario.
Dificultades para adquirir un amarre
Son 93.853 los amarres que hay en España, muy pocos en relación a la demanda. En septiembre había cerca de medio millar de barcos en lista de espera en las costas del norte y 1.500 en la Comunidad de Valencia. 'Estos ejemplos reflejan un gran problema para el desarrollo de la náutica en España', según el informe de la Fira de Barcelona de 2002. Además, sólo el 16% de las instalaciones son de grandes dimensiones, es decir superan los 600 amarres por puerto.Y como es difícil encontrar amarre -con una ratio de 435,2 españoles por cada atraque-, tampoco es barato pagarlo. Los precios (al día) oscilan entre los 20 euros el más económico hasta más de 200 euros el más caro, según las características del aparcamiento. Para poner freno a esta carencia han tenido que inventar amarres en seco. Se sacan los barcos en volandas del agua y se depositan en un aparcamiento terrestre. Se estrenará en Cataluña, en el puerto Fórum-Sant Adrià, a finales de 2004.La carga fiscal también complica la navegación de recreo. El 28% aplicado es muy alto en relación a otros países europeos. Los dueños de embarcaciones deportivas deben pagar un IVA del 16% y un impuesto especial de matriculación del 18%, aparte de los reconocimientos periódicos establecidos. Además, la emisión de certificados de las capitanías marítimas generan unas tasas obligatorias.