Ahold cifra en 1.500 millones el valor de sus activos en España y descarta un ERE
La multinacional holandesa Ahold ha cifrado en 1.500 millones de euros el valor del patrimonio que prevé desinvertir en España, aunque aún no ha recibido ninguna oferta de compra, y descarta llevar a cabo un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), según fuentes sindicales.
La dirección de Ahold ha señalado que prevé asumir la actividad y el empleo en todas las tiendas que no venta, e insistió en que la decisión salir del mercado español responde a la necesidad de aliviar su elevado endeudamiento, y no a la falta de rentabilidad de sus actividades, añadieron las mismas fuentes.
Asimismo, la empresa indicó que estudiará, a petición de los trabajadores, la creación de una comisión de seguimiento de la desinversión para garantizar "un proceso ordenado" y contribuir en lo posible a despejar la incertidumbre.
La dirección de Ahold Supermercados mantuvo hoy una reunión con los trabajadores de la cadena de distribución para transmitirles los planes de desinversión de la multinacional en España, ante la imposibilidad de alcanzar una posición de liderazgo en los próximos tres años.
Por su parte, los trabajadores expresaron a la compañía su inquietud y desconfianza ante el proceso de venta de las actividades, por lo que insistieron en la necesidad de que los representantes sindicales participen "activamente" en las negociaciones.
"Les hemos trasladado el deseo de participar en el proceso de venta mediante una comisión de seguimiento, con el objetivo de garantizar que la operación sea lo más transparente posible para los 14.000 empleados afectados", explicaron.
Igualmente, lamentaron que la dirección de la multinacional insistiera en afirmar que mantendría las actividades en España después de que se detectaran irregularidades financieras en la filial estadounidense USFoodservice. "Nos dijeron que España era la joya de la corona y ahora mira. No estamos nada tranquilos", insistieron.
El grupo holandés enmarca la venta sus activos en España en el programa de reestructuración previsto por la compañía a escala mundial, después de registrar pérdidas de más de 4.000 millones de euros en 2002 y de que su filial estadounidense se viera inmersa en un escándalo financiero.