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Cinco Sentidos

Sainz lucha contra la maldición del RAC

'¡Trata de arrancarlo, Carlos, por Dios! ¡Trata de arrancarlo!'. Luis Moya, copiloto de Carlos Sainz, gritaba desesperado poco antes de estrellar su casco contra una de las ventanas del Toyota Corolla. El Rally de Gran Bretaña (conocido anteriormente como RAC) de 1998 supuso el momento más dramático de la carrera del piloto español. A tan sólo 500 metros de la meta el motor del coche se rompió y con él las posibilidades de ganar el tercer título mundial de su carrera.

Sainz, esta vez a los mandos de un Citroën, llega de nuevo a la última carrera del campeonato con opciones. Desde hoy hasta el domingo los bosques de Gales dictarán sentencia. Luis Moya ya no gritará a Sainz. Ahora es el director deportivo de Subaru, donde está el gran rival del madrileño: el noruego Petter Solberg.

El francés Sebastien Loeb, compañero de equipo de Sainz, lidera el mundial con 63 puntos, los mismos que el piloto español, que ocupa el segundo puesto por el menor número de victorias parciales. Ambos aventajan en un punto a Solberg y en cinco al inglés Richard Burns, al que una enfermedad de última hora ha apartado de la lucha por el título.

Solberg, último ganador del rally de Gran Bretaña, es el máximo favorito en las apuestas debido a su gran destreza para conducir sobre barro, la superficie por la que transcurrirán en su mayoría los 1.575 kilómetros de la carrera. Sainz cuenta en su favor con la experiencia. A sus 41 años es uno de los pilotos más veteranos del circuito. æpermil;l tan sólo pide que la mecánica le respete esta vez.

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