España rectifica sobre el Pacto de Estabilidad
Los ministros de Economía de la UE acogieron ayer favorablemente la oferta francesa de presentar nuevas medidas de recorte de déficit durante las próximas semanas, lo cual puede parar definitivamente el proceso disciplinario abierto contra París . Francia contaba de antemano con la benevolencia de los otros tres países grandes de la UE, Alemania, Italia y Reino Unido, suficientes para bloquear cualquier tentativa de sanción. Pero también España se pasó con entusiasmo a un bando al que hasta hace poco acusaba de dinamitar la credibilidad del pacto. 'Rato ya había cambiado el tono en la reunión de ministros de octubre', aseguran fuentes que asistieron al encuentro y que ayer también se encontraron en el Consejo. 'Hoy por ayer) ha hablado a favor de los grandes'.
En rueda de prensa, sin embargo, el vicepresidente primero prefería ratificar la adhesión inquebrantable del Gobierno al rigor presupuestario. 'La posición de España sigue siendo de respeto al Tratado'. Las fuentes consultadas relacionan la nueva estrategia de España con las negociaciones en curso, o por venir, sobre la Constitución Europea y los fondos comunitarios.
'España necesita demostrar ahora voluntad de colaborar con los grandes', afirma un miembro de una de las delegaciones asistentes ayer al Consejo. 'Y la colaboración ofrecida a Francia se extenderá probablemente a Alemania si, como todo indica, la Comisión intenta también llamar al orden a este país'.
'Madrid ya había cambiado el tono en octubre', dijo una fuente de Ecofin
'España no quiere que se la vea aislada respecto a los principales países de la UE', analiza una fuente próxima a la Comisión. 'De mantener su postura, se habría identificado con la posición de países mucho menos relevantes'. Rato terció ayer a favor de Portugal, país anclado en una recesión al que la aplicación del pacto está imponiendo medidas muy duras.
Aznar y Schröder no liman diferencias
España y Alemania mantienen sus diferencias. El canciller alemán, Gerhard Schröder, y el presidente del Gobierno español, José María Aznar, reconocieron ayer, al término de la cumbre germano-española celebrada en Berlín, que no han conseguido limar sus diferencias sobre el sistema de votación de la UE establecido en el borrador de Constitución comunitaria. No obstante, ambos líderes confiaron en que finalmente alcanzarán un acuerdo, al tiempo que advirtieron que este consenso no será posible antes de la última sesión de la cumbre de fin de la presidencia italiana en diciembre. El canciller alemán dijo que el principal punto discrepante son las objeciones de Madrid a un sistema de votación simplificado que reforzaría el poder de los cuatro países grandes del bloque. Por su parte, Aznar confirmó que existen una serie de 'divergencias constitucionales' que ambos países no ocultan, pero no se estudiaron alternativas. Sí acordaron iniciar una investigación policial conjunta contra el tráfico de inmigrantes e impulsar el acceso común a base de datos de huellas dactilares por parte de las policías de ambos países.