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Piratería

Los impulsores de las descargas musicales lavan su imagen

Millones de personas descargan a diario miles de ficheros de la Red. A través de la tecnología Peer to Peer, los usuarios pueden intercambiarse música, películas y cualquier otro tipo de archivos entre sí, afianzando la costumbre de "bajarse de la Red".

La BSA (Bussines Software Alliance ) y Sedisi, patronales del software, y la SGAE impulsaron una potente campaña, con réplicas a lo largo y ancho del globo, para poner coto a esta forma de piratería y frenar la caída en la que el mercado musical se embarcó desde finales de 2000.

Venta legal

Los fabricantes e ideólogos de estos productos han cedido a la presión y ahora buscan una alternativa legal para "vender". Como ejemplo, el gigante del intercambio, Kazaa. Sus creadores, Niklas Zennström, y Janus Friis, enarbolaban hasta ahora la bandera de la Internet libre, de la anarquía absoluta en el intercambio de contenidos. Ahora buscan nuevas formas de explotar su software y sus ideas, con la nueva cara del Kazaa, una versión legal que permite bajar música de la Red, y con un software para comunicaciones de voz que irrumpe en el mercado de algunas compañías telefónicas estadounidenses, el Skype.

Napster también ofrece nueva imagen tras dos años de inactividad. Napster 2.0 es el gran lanzamiento de la marca, ya disponible en Estados Unidos para los dispuestos a pagar por sus canciones preferidas. En su anterior e "ilegal" existencia, el título original de Napster llegó a tener 60 millones de usuarios. Ahora, el nuevo Napster 2.0 trabaja sólo sobre la plataforma Windows y el formato de audio elegido por la compañía es Windows Media de Microsoft. La versión básica el programa incluye un catálogo de 500.000 canciones que se pueden adquirir de manera individual por 99 centavos, precio similar al de sus directos competidores Itunes y Rhapsody.

La música disponible está organizada por géneros y dispone de un buscador que además de realizar una busca por artista o género, permite hacerlo en las listas de la revista Billboard desde 1967. Además, permite grabar la música descargada a CD directamente desde el propio programa ya que incorpora un software grabador de Roxio.

El servicio premium permite por 9.95 dólares al mes la descarga, sin grabación a CD, de toda la música disponible en el servicio sin ningún límite, además de la escucha de canales de radio temáticos y licencia para escuchar las canciones descargadas en tres ordenadores diferentes.

El mercado de las descargas musicales se encuentra, por tanto, ante una nueva etapa en la que se empiezan a mostrar las cartas de cada competidor. Las expectativas son jugosas: los gigantes de las descargas musicales esperan que las ventas de música online aumenten de un 1% del total del mercado musical a un 12%, generando una ganancia de 1.500 millones de dólares.

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