El Congreso de EE UU quiere prohibir las tasas sobre el acceso a la Red
El reloj está llegando al momento clave. El 1 de noviembre finaliza el plazo para que el Congreso de EE UU renueve la prohibición de imponer un impuesto al acceso a Internet en este país. Esta medida de protección está en marcha desde hace cinco años porque se consideró que la Red era vital para el crecimiento del país y no debería fiscalizarse el acceso.
De momento, la batalla está ganada a favor de los que abogan por que la prohibición siga en pie y ya se han escuchado las propuestas en este sentido en ambas cámaras. Sin embargo, el debate no está siendo fácil.
Los estados de la Unión, con fuertes déficit en sus cuentas, han presionado para que se establezcan estos impuestos. Además están interesados en establecer cómo deben ser tasados los servicios en la Red. El problema para ellos es que, además de los ingresos perdidos por la conexión convencional, pueden dejarse en el camino otras aportaciones relacionadas con el desarrollo de tecnologías de banda ancha ajenas al cable o al teléfono.
Los legisladores de los estados temen tener que olvidarse de las tasas sobre las comunicaciones de voz en la medida en que se popularice la voz IP. Los partidarios de que no siga esta prohibición han presionado en el congreso hasta ahora con poco éxito.