Los resultados que vienen
Dos tercios de las compañías del índice Standard & Poor's 500 han presentado ya los resultados del tercer trimestre del año. El crecimiento medio en beneficio neto es del 20%. El 65% de las empresas que han rendido cuentas han superado las expectativas del mercado, mientras que solamente un 12% ha decepcionado a los analistas.
Esta relación entre sorpresas positivas y negativas es la más favorable desde el primer trimestre de 2000, justo en el pico de la burbuja tecnológica, y los datos de crecimiento pueden ser, también, los mejores en tres años. Los sectores que mejores resultados han presentado han sido aquellos que sufrieron con más dureza la crisis, como los tecnológicos o algunos de los financieros.
Los analistas, en cualquier caso, todavía no se atreven a descorchar el champán. La facturación sólo ha crecido el 5,4%. Es un dato sustancialmente superior a lo que se esperaba, pero la cifra también expresa que la mejora de los resultados es más una cuestión de recorte de costes que de crecimiento del negocio.
Incluso aunque el PIB crezca al 6% y dado que gran parte de este estímulo procede de gasto público, para que los beneficios crezcan a ritmos de dos dígitos, la parte que los beneficios empresariales suponen dentro de la producción nacional tiene que aumentar significativamente, tanto por un incremento del volumen de negocio como de unos precios más altos.
Las bajas tasas de utilización de capacidad productiva y de inflación sugieren todo lo contrario, esto es, que la capacidad de fijación de precios de las compañías es muy reducida. En este contexto, pueden utilizar la tijera y salir airosas de las presentaciones de analistas. Pero la fortaleza sólo es sostenible en el tiempo hasta cierto punto.
Así, 2004 puede presentar más crecimientos del beneficio, pero es igualmente verosímil la hipótesis de que las cuentas se estanquen. Ya se ha comentado hasta la saciedad que los mercados ya descuentan las buenas cifras actuales. Pero esta vez, más que nunca, está justificado este argumento, convertido a fuerza de su uso excesivo en lugar común de la Bolsa y los mercados.
En España, por otra parte, la banca ya ha rendido cuentas ante los analistas, y el diagnóstico de la situación es, pese a las notables diferencias de contexto, similar. Los expertos agradecen la sensible mejora respecto al año pasado, pero no creen que haya mucho que esperar de 2004. Sobre todo en el plano doméstico, porque América Latina es otra historia.