El embajador de los cultivos transgénicos, de gira por Europa
El alucinante caso de la papaya hawaiana le sirve al señor Peter Chase, negociador especial sobre asuntos biotecnológicos de EE UU, para resumir lo beneficioso que pueden resultar los cultivos genéticamente modificados: un virus iba a terminar con la industria de la papaya hawaiana, pero el empleo de soluciones biotecnológicas salvó la cosecha. Y, de paso, es un caso que le sirve para preguntarse en voz alta por qué en la Unión Europea se ponen tantas trabas a los transgénicos.
La Administración Bush creó hace tres años la figura del negociador especial sobre asuntos biotecnológicos. Chase asumió ese cargo en septiembre. Desde entonces ha visitado Europa en dos ocasiones. Ayer estuvo en Madrid -donde comió con portavoces de los Ministerios de Agricultura, Medio Ambiente y Economía- y a principios de semana en París. El mes pasado estuvo en Reino Unido, Bruselas, Alemania y Roma. 'También estuve en el Vaticano', dice. En todas las ciudades por las que ha pasado ha mantenido entrevistas con representantes gubernamentales.
Desde 1998, la UE ha impedido el cultivo de transgénicos aludiendo a la falta de normativa sobre aspectos como el etiquetado. Recientemente esos impedimentos han sido, teóricamente, retirados y se prevé que en abril de 2004 se reactiven los cultivos en la UE. Entre tanto, las exportaciones estadounidenses a Europa de productos genéticamente modificados se han desplomado. En 1996 EE UU vendía a la UE maíz transgénico por cerca de 325 millones de dólares. En 2002 no llegaban a 20 millones, según ha recogido The Wall Street Journal Europe.
Así que el señor Chase quiere saber si de una vez la UE se ha decidido por retirar las barreras que ha impuesto a los transgénicos. 'No estamos contentos con la moratoria', admite, 'llevan cinco años sin hacer nada'. No obstante, 'los responsables europeos me insisten en que ven muchos beneficios en la biotecnología y son conscientes de nuestra preocupación'.
Chase es consciente de que a pesar del levantamiento de las moratorias a los cultivos los problemas no han terminado. En EE UU no hay productos con etiquetas que los describan como genéticamente modificados, aunque efectivamente lo sean. 'Daría la impresión de que no son buenos para la salud', explica; 'no tiene sentido una etiqueta que hace referencia al proceso de elaboración'. Pero todo hace pensar que los artículos genéticamente modificados que EE UU quiera vender en Europa deberán ser debidamente identificados. Lo que, sospecha Chase, 'pesará más sobre las pequeñas empresas estadounidenses'.
España, considera el negociador especial para asuntos biotecnológicos, tiene muchas posibilidades en este campo 'por el clima' y considera que el Gobierno es sensible a su desarrollo. Este año se han sembrado en España cerca de 32.000 hectáreas de maíz en el que se han introducido organismos genéticamente modificados permitidos por la UE. Una extensión que supone aproximadamente el 5% del cultivo nacional de maíz.
Habla inglés, francés, alemán y chino. En 1978 se licenció en Relaciones Internacionales en la Universidad de Columbia, tras finalizar en Washington un doctorado sobre literatura china. Ha ocupado cargos públicos desde 1990. El mes pasado asumió su nuevo cargo.