Las carteras de renta fija a largo plazo, las más expuestas al alza de tipos
Las Bolsas aún tardarán entre seis meses y un año en completar todo el recorrido alcista que ha venido acumulando en tres años de caída continuada.
Los sobresaltos que habrá que tomarse más en serio a corto plazo son los que pueda provocar la evolución de los tipos de la renta fija a medio y largo plazo. Y no porque haya llegado el momento en el que los tipos de corto, medio o largo plazo tengan que empezar a subir, sino más bien porque los mercados de renta fija puedan empezar a anticiparlo. O porque el puro nerviosismo que provoca el que el movimiento anticipatorio les pueda coger desprevenidos termine provocando varias falsas anticipaciones.
¿Cómo diferenciarlas del verdadero movimiento al alza de los tipos de interés? Los partícipes de fondos de renta fija a largo plazo deberían estar pendientes de cual es la duración de las carteras de sus fondos y de qué planes tienen sus gestores respectivos para un inmediato futuro. Pues las pérdidas en renta fija pueden ser tan importantes como las que se producen en la renta variable cuando la duración de las carteras es muy grande y se produce un movimiento alcista de tipos.
La duración de una cartera es precisamente eso: una manera de medir y de poder comparar cómo van a reaccionar diferentes emisiones de renta fija con vencimientos y cupones diferentes ante un incremento de los tipos.
Movimiento del precio
Para comprender lo que es de forma intuitiva, hay que pensar en que es una especie de vida media de la emisión, en donde las ponderaciones utilizadas para los años o los semestres son los diferentes pagos que se efectúan a lo largo de su existencia pero traídos a valor actual. Utilizando la duración se puede calcular de manera rápida cuánto se mueve el precio de un bono: el porcentaje que cambia el precio de un bono es igual a la duración multiplicada por el cambio que han experimentado los tipos de interés.
La situación actual de los mercados de renta fija se podría resumir como la contradicción existente entre la tendencia al alza de los tipos de interés, que debería estar ya percibiéndose con más intensidad en este punto del ciclo económico, y la voluntad expresada por la Reserva Federal de mantenerlos inalterados.
Las rentabilidades acumuladas por algunos fondos de renta fija a largo plazo domiciliados en España durante los últimos tres años han excedido el 20% y, en un caso concreto, el de SCH Renta Fija Emergentes Plus, incluso el 40%. En general, sus ratios de información son elevados (al compararlos con los de los fondos de la misma categoría) llegando en el caso de Foncam 8 a 2.3, una señal indudable de que el riesgo adicional que ha asumido el gestor sobre su índice de referencia ha sido premiado con una elevación de su rentabilidad. El alfa del primero es de 12.03 y el del segundo de 4.31.