Inestabilidad en las Bolsas
La historia de los últimos 10 años de la renta variable ha sido, entretanto, bastante más agitada. Vivió un fuerte sobresalto en 1997 y compartió con la renta fija la crisis del verano-otoño de 1998. Lo que ocurrió entre marzo de 2000 y marzo de 2003 es bien conocido. En total, en los últimos diez años, sus momentos convulsos suman más de tres años y medio (cuatro y medio si se incluye 1994, un año de caída y recuperación, con saldo prácticamente neutral). La renta variable mantiene, pues, periodos de sobresaltos más prolongados que la renta fija. Aunque, a veces, coinciden en su mal comportamiento, y la semana pasada pareció dar una de las peores combinaciones: decepción moderada por los resultados empresariales y dudas sobre el crecimiento económico.
Y a la vez, temores a una subida de tipos (aunque no haya inflación a la vista) que se compadecen mal con ese ligero empeoramiento de las expectativas económicas, y efecto precontagio de la política del Banco de Inglaterra, que podría animarse a subir pronto los tipos.
Retrocesos como el que están experimentando en este momento las Bolsas suelen ser habituales cuando han completado una primera fase de recuperación. Y mientras la Reserva Federal no anuncie (o parezca que va a anunciar) subidas de tipos de interés y tampoco se tuerzan las perspectivas económicas en EE UU, es poco probable que esa corrección tras una fuerte subida se vaya a transformar en un cambio de tendencia.
'Las Bolsas van a estar esencialmente inestables durante bastantes años'
Hay que recordar que estamos en una fase, que aún durará bastantes años, en la que las Bolsas estarán esencialmente inestables y en la que no se van a producir revalorizaciones sostenibles: nunca las Bolsas se han estabilizado antes de que transcurrieran diez o doce años tras un periodo de fuertes caídas como el vivido recientemente. Los gestores de fondos ya lo han comprendido así, y de ahí su interés en lanzar productos de rentabilidad absoluta. Dentro de esta fase de largo plazo, la tendencia alcista iniciada en marzo persistirá seguramente hasta que se produzca la primera subida de tipos de interés.
Por ahora, pues, parece relativamente seguro el invertir en renta variable, si bien no debe hacerlo quien no esté dispuesto a soportar los altibajos que también se producen en subetapas alcistas. Y quien lo haga, mejor que se asegure de que su gestor, o él mismo mediante un traspaso entre fondos, toma las plusvalías de vez en cuando.