Los ejecutivos tienen un nivel educativo mayor que los empresarios
La formación de los empresarios es todavía baja si se compara con la de los altos ejecutivos. La cualificación de los emprendedores que hace una década era baja, fue aún mayor en el año 2000. Sirva como ejemplo el siguiente dato: más del 60% de los empresarios no tenía la educación obligatoria.
La cualificación media de los empresarios, que ya estaba por debajo de la media hace una década, ha caído todavía más en picado. Los niveles de formación predominantes siguen siendo los estudios obligatorios. Así sucede en el 56,3% de los casos, el 27,8% ha cursado estudios secundarios no obligatorios y tan sólo el 10,7% de los empresarios ha pasado por los pupitres de la universidad.
Este último porcentaje contrasta con el 5,2% de los emprendedores que no tienen ningún tipo de formación. Los datos se recogen en un estudio sobre actividad y ocupación por niveles educativos realizado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas y Bancaja.
La cualificación de los diectivos ha crecido más que la media nacional, constituyendo un grupo con niveles de formación sensiblemente más alto que cualquier otro.
El 54,2% de los altos ejecutivos cuenta con una titulación superior universitaria. El 32%, según el citado informe, tiene estudios secundarios no obligatorios, el 13,2% ha recibido la formación obligatoria y tan sólo el 0,5% es analfabeto.
Edad de trabajar
Por el contrario, el resto de la población ocupada, el 48,3% tiene estudios obligatorios, el 27,4% tiene formación secundaria no obligatoria y tan sólo el 19% ha pasado por la universidad. Sin embargo, el porcentaje de la población ocupada sin estudios, el 5,4%, casi coincide con el 5,2% de los empresarios.
El aumento de los niveles educativos de la población en edad de trabajar se ha transmitido a la población activa, a la población ocupada. Sin embargo, la incidencia de los distintos niveles educativos en el mercado laboral es diversa.
En este sentido, los trabajadores con estudios universitarios han ganado y continúan ganando peso en el total de la población ocupada y presentan las tasas de actividad más altas y las mejores oportunidades de empleo. La población con estudios universitarios ha mantenido unas tasas de actividad superiores al 70% en los últimos 30 años, con una evolución creciente desde 1982, hasta alcanzar en el año 2000 valores próximos al 80%.
La tasa de actividad de los ciudadanos con estudios medios creció notablemente en los primeros años de la década de los ochenta, para estancarse en valores del 60% durante la década 1986-1996, y volver a crecer a partir de ese año, hasta situarse en torno al 65% en el año 2000.
La población con estudios primarios o sin ellos experimenta, por el contrario, una caída continuada de sus tasas de actividad, pasando de niveles del 50% a otros próximos al 30%.
Otra conclusión que se desprende del estudio del Instituto Valenciado de Investigaciones Económicas (Ivie) y Bancaja es que los niveles educativos más altos presentan las tasas de ocupación más elevadas y menos fluctuantes a los ciclos económicos.
Las mujeres, mejor formadas, pero todavía lejos de la igualdad laboral
Aunque todavía están bastante lejos de la igualdad, en la pasada década las mujeres pasaron de representar una tasa de participación en la ocupación del 32% al 37%. Algo que también conviene destacar es que las mujeres ocupadas tienen una formación media superior que la de los hombres trabajadores. En 2000, las mujeres trabajadoras con estudios suponían el 54% frente al 42% de los hombres.