'Es clave fomentar la competencia interna'
Nada tiene que ver el Puerto de Barcelona con la imagen de un mero punto de encuentro de carga que llega o marcha por mar. Joaquim Tosas, presidente de la Autoridad Portuaria de Barcelona, apostó desde su llegada en 1996 por modernizar las instalaciones y abrirse a nuevas líneas de negocio. Estas decisiones y el desarrollo de vínculos con países de los cinco continentes le han permitido no quedarse anclados en su negocio tradicional y convertirse en un punto de referencia en el comercio internacional. 'Somos la plataforma logística del sur de Europa y un punto clave para las relaciones con América Latina, norte de África y Asia', dice con orgullo Tosas.
Pregunta. ¿Cómo ha logrado el Puerto de Barcelona crecer tanto en tráfico de pasajeros como en volumen de mercancías gestionadas desde su llegada a la presidencia?
Respuesta. Gracias a la suma de diversas iniciativas, como la redacción de un plan director, la especialización del puerto en terminales y mediante la puesta en marcha de una acción comercial muy agresiva en todo el mundo. Estos y otros factores han permitido mejorar en competitividad y ser más valorados internacionalmente.
P. Y el tráfico de cruceros ha sido una de las claves de este despegue.
R. Desde luego, es un área de negocio muy brillante. En poco tiempo hemos logrado situarnos como quinto puerto en el mundo y primero en Europa en lo que se refiere a volumen de tráfico de cruceros. Acontecimientos como la guerra de Irak o, en su momento, el 11 de septiembre no nos han afectado. Prueba de ello es que, según las previsiones, un total de 900.000 cruceristas habrán pasado por el puerto cuando acabe el año y se habrán contabilizado un total de 830 escalas, cifras que antes de la guerra parecían inalcanzables. Sí se ha producido una bajada de turistas norteamericanos, pero se están sustituyendo por los europeos, que poco a poco descubren esta manera de viajar.
P. ¿Resulta sencillo para una comunidad formada por más de 17.000 personas trabajar conjuntamente?
R. No lo es porque a veces ciertamente hay intereses contradictorios. El equipo directivo siempre ha impulsado la competencia dentro del puerto, es decir, no sólo competimos con otros puertos para ganar carga, sino que los operadores del puerto compiten entre sí para ofrecer el mejor servicio al cliente que llega. Ninguno de los servicios está en situación de monopolio y se puede escoger entre varias empresas que ofrecen lo mismo. A pesar de esta competencia, la comunidad sabe que existen elementos imprescindibles en los que hemos de ponernos de acuerdo para lograr un éxito conjunto. Redactar un plan estratégico, en el que se marcan los objetivos para tener éxito, ha sido un esfuerzo difícil de concertación de todas las partes, pero los resultados han sido buenos para todos. En crecimiento, trabajo y beneficio.
P. ¿Esta competencia interportuaria es habitual entre los puertos españoles?
R. Se da, pero en menos intensidad. Barcelona supone un modelo que todos los puertos están intentando alcanzar. Fuimos los primeros en 1994 en incorporar actividad logística en las instalaciones, por lo que creamos la ZAL (zona de actividades logísticas). Esta idea ha tenido éxito y muchos puertos están haciendo la suya, como Tarragona o Sevilla.
P. ¿Cuál es el peso del puerto dentro de la economía catalana?
R. El puerto supone el 1,96 % del PIB catalán y el 1,02% del español. Somos el cuarto grupo de facturación de Cataluña y en 2002 la comunidad portuaria facturó alrededor de 2.500 millones de euros. En nuestras instalaciones trabajan 17.000 personas y la cifra se eleva hasta 25.000 si contamos empresas que tienen aquí oficinas, pero la sede fuera.
P. Esa entidad les debe convertir en un grupo de presión.
R. Somos una herramienta importante. Si el puerto quedara un día parado, sería una catástrofe. Es un elemento imprescindible para la economía, por lo que no hemos sido objeto nunca de controversia política. Todo el mundo, desde partidos políticos, lobbies económicos y empresariales, sabe que el puerto tienen que funcionar. Y debe de hacerlo bien, con lo que todos hemos de arrimar el hombro. En el consejo de administración están representados sindicatos, partidos políticos y representantes del mundo empresarial.
'Cooperamos con nuestros rivales'
Génova y Marsella son los principales competidores del Puerto de Barcelona en el Mediterráneo, aunque también sus principales aliados para defenderse de los puertos del norte, con Amberes, Hamburgo y Rotterdam a la cabeza. 'Aunque somos competidores, no significa que no podamos cooperar para resolver preocupaciones comunes', explica Tosas. En 1996, los tres enclaves del Mediterráneo crearon la asociación Intermed, cuya presidencia recae en Tosas hasta 2005 para impulsar iniciativas conjuntas para ganar peso a los puertos del norte.'Si el tráfico en el Mediterráneo crece, ganamos todos', explica el presidente. En su opinión, las autoridades europeas han olvidado históricamente el Mediterráneo, mientras que las niñas de sus ojos eran los Atlánticos. El directivo defiende la situación estratégica de la zona. 'Hemos defendido ante Bruselas que hemos de potenciar el sur, pues jugamos un rol muy importante de conexión marítima tanto con América del Sur como con Asia a través del canal de Suez', justifica.
Joaquim Tosas
Nacido en Tordera (Barcelona) en 1946, está casado y tiene tres hijos. La carrera de este ingeniero de Caminos, Canales y Puertos se ha desarrollado principalmente en el ámbito de las infraestructuras. Entre otros cargos, ha ocupado la dirección general de Transportes de la Generalitat de Cataluña, la vicepresidencia de Ferrocarriles del Gobierno catalán, así como la dirección del Servicio Catalán de Salud.