Los asientos de Wall Street pierden lustre
El desprestigio acumulado por la Bolsa de Nueva York repercute ya en la venta de plazas para ser miembro del mercado. Las dos últimas han costado 1,35 millones de dólares (1,15 millones de euros) cada una, el precio más bajo en cinco años.
El descenso del precio refleja el creciente descontento con la gestión del mercado y la crisis de credibilidad que sufre su estructura de comercio. De hecho, el NYSE multar hace una semana a las cinco mayores firmas de intermediarios con 150 millones de dólares por realizar operaciones fraudulentas por cuenta propia que han podido costar a los inversores unos 100 millones de dólares.
Las sombras de corrupción que acechan a los especialistas que operan en el mercado han puesto en cuestión los sistemas tradicionales de operación y el negocio de viva voz.
A estas críticas se une el escándalo sobre las remuneraciones. Tras la dimisión de Grasso, por sus prebendas salariales de 187,5 millones de dólares, cinco directivos más se vieron obligados a renunciar a sus cargos.
Un representante de un miembro de la Bolsa señaló a Cinco Días que 'no es una señal preocupante para la cotización del mercado, sino una advertencia sobre los problemas que tiene el NYSE como institución y sobre el valor potencial de los asientos si se producen cambios en la estructura de la propiedad, lo que parece muy probable'.
Las autoridades del mercado señalan que el precio refleja 'la rentabilidad del negocio de corretaje, el volumen de negocio y las condiciones económicas generales'.
El origen de los asientos se remonta a los primeros tiempos de Wall Street, cuando los miembros de la Bolsa tenían asignadas sillas con sus nombres. Si la cotización de las plazas refleja, como se suele decir, la apuesta por el futuro del mercado, el porvenir se presenta duro para el NYSE.
Crisis en las firmas de especialistas
La principal compañía de intermediarios de Wall Street, La Branche, ha optado por suspender dividendos tras registrar una caída del 88% en los beneficios. Los ingresos netos fueron en el tercer trimestre de 2,3 millones de dólares, frente a los 9,8 en el mismo periodo de 2002.