La austeridad de Salgado en 11 8 11
La presidenta de la compañía de información telefónica renuncia a los lujos para trabajar
Es una mujer menuda, risueña, de aspecto joven y muy coqueta. Le gusta viajar ligera de equipaje. Su último trayecto profesional lo ha empezado a recorrer hace dos semanas: Elena Salgado ha sido nombrada presidenta de 11 8 11 Nueva Información Telefónica, filial de la multinacional alemana Telegate AG. Pero no ha introducido cambios en el despacho que le han asignado en las oficinas donde la compañía tiene su centro de atención al cliente, en la localidad madrileña de Las Matas. Dice que tiene lo que necesita: luz y buena compañía. Tampoco le da mucha importancia los despachos, que suele calificarlos de fríos. 'Por eso lo que siempre busco, allí donde trabajo, es la sonrisa de la gente. Reconozco que es difícil de conseguir, pero a veces se consigue una sonrisa. Y eso me alegra el día'. No es una ejecutiva al uso, a la que le guste recibir en el despacho, prefiere salir y encontrarse con los que trabajan con ella fuera. 'Prefiero ir yo a ver a la gente a su puesto de trabajo a que vengan a verme a mí'.
En su nuevo despacho no echa nada de menos, si acaso echa de más la distancia. Siempre ha trabajado en el centro de la ciudad y ahora tiene que recorrer más de 30 kilómetros diarios. Es el único inconveniente. Por lo demás, está feliz. Le gusta el mobiliario, en tonos claros que contrastan con las sillas en azulón y los tonos amarillo fuerte del gran cuadro que adorna la estancia.
'El despacho refleja la idea que yo tengo de lo que debe ser una compañía, austera en gastos y moderna. Esto va en consonancia con lo que le queremos transmitir a nuestro cliente, que si se gasta dos euros en nosotros van a repercutir en el servicio que le damos, nunca va a ir destinado a un gasto superfluo', comenta Salgado, quien pone especial énfasis en destacar que no le van los lujos.
'A mi hija no le gusta que exhiba su fotografía en el despacho. Por eso he decidido guardarla en el cajón'
Lo que sí llevará al despacho son dos fotografías, una del rey Juan Carlos dedicada. El retrato del monarca podrá exhibirlo, pero el otro lo tendrá que tener guardado en el cajón de su mesa. 'Es la fotografía de mi hija y no me deja exhibirla. Así que la tendré guardada y de vez en cuando la miraré. A ella no le gusta que yo tenga su foto a la vista en el despacho y yo lo respeto'. Confiesa que no es una mujer muy dada a los fetiches ni a tener apego a los objetos. Prefiere a las personas. 'Por eso valoro que en esta empresa me hayan recibido tan bien, sobre todo cuando el equipo de profesionales que componen la compañía ha decidido que yo fuera su presidenta'.
Elena Salgado ya era una cara habitual en 11 8 11 Nueva Información Telefónica, donde desde hace tres años, cuando arrancó la empresa en España, trabajaba como consultora externa. 'Les gustaba cómo hacia mi trabajo y el cariño que puse en la empresa'. Pero la atracción fue mutua: 'Yo como consultora he tenido empresas con mayor volumen de negocio, pero me atraía formar parte de una organización que ha demostrado que es mejor una situación de competencia que un monopolio'.
Se define como una persona tímida, desordenada, aunque sólo de papeles, 'porque la cabeza la tengo razonablemente ordenada', y como gran virtud destaca su capacidad para delegar. 'A veces delego tanto que parece comodidad, pero es que confío en los equipos'. Dice con orgullo que cada vez que ha cambiado de puesto, y ya van unos cuantos -ha sido directora del departamento de estudios en el Instituto de la Pequeña y Mediana Empresa, directora de costes de personal y pensiones en el Ministerio de Economía y Hacienda-, nunca ha cambiado a nadie del equipo que se ha encontrado. 'Nunca he tenido la sensación de poder crear uno mejor'.
14 horas diarias siguiendo a Borrell
De su paso por la Administración recuerda los 12 años que trabajó con el ex ministro socialista de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente José Borrell. Ella estaba al frente de la Secretaría General de Comunicaciones y se acuerda de las 14 horas diarias que dedicaba al trabajo.'Borrell era un trabajador infatigable y si no le dedicabas 14 horas al día era imposible seguirle el ritmo', explica Salgado, que agradece la dedicación y la entrega de los políticos, pero lamenta haberse perdido muchas cosas en la vida, 'que ya no voy a poder recuperar' debido al trabajo. Asegura que con ocho horas diarias es suficiente. 'Es importante no descuidar la parcela privada. Eso es algo que aprendes con el tiempo'. Le gusta caminar por la montaña. Ahí es donde verdaderamente disfruta de uno de sus placeres: la soledad. También disfruta con la ópera, leyendo y desde este verano repasando lecciones física y de matemáticas. 'Estoy interesada en temas como de dónde venimos y hacia dónde vamos'.