El equilibrio en el nuevo tratado de Europa

El borrador del Tratado Constitucional para Europa, que la conferencia intergubernamental (CIG) de la Unión Europea comenzará a discutir la próxima semana, es un documento que merece ese nombre (...).

Pero hay un cambio inexcusable. La CIG, contrariamente a lo que propone el borrador, debe preservar el actual sistema de voto previsto en el Tratado que la UE pactó en la cumbre de Niza hace dos años y medio (...). El sistema de voto de Niza refleja bien el equilibrio entre los Estados pequeños, medianos y grandes en una Unión ampliada (...). El sistema de doble mayoría propuesto en el transcurso de la Convención -en el que se define la mayoría cualificada como un 50% de los Estados y un 60% de la población de la UE- modifica el equilibrio y aumenta el peso de los países más poblados. Tres de ellos juntos podrán bloquear una decisión. Se afirma que una de las ventajas de este sistema de doble mayoría es la sencillez (...). Se supone que el sistema propuesto elimina la necesidad de que los países que se adhieran más adelante a la UE negocien sus votos (...).

Seguimos escuchando que el nuevo sistema que otorga el poder de voto en función de la población será más democrático y reforzará la legitimidad de la UE (...). Mientras que el número de escaños concedido a cada país en el Parlamento Europeo debe basarse en la población, en el actual sistema de voto ponderado en el Consejo de Ministros refleja correctamente tanto el tamaño como la igualdad de estatus de cada país. El actual tratado se diseñó para una Unión ampliada. Quizá no sea perfecto pero es eficaz.