La CEOE valenciana destituye al secretario general por vender una sede sin consultar
El presidente de la CEV, Rafael Ferrando, explicó ayer que la decisión de aceptar la dimisión de Pedro Coca -según él, presentada el pasado día 10, aunque el propio Coca dijo que no pensaba dimitir- se tomó en el seno del comité ejecutivo y de la junta de gobierno a propuesta suya para 'acabar con la situación que se ha ido generando y que pone en peligro la imagen de la CEV'.
El 3 de septiembre Coca comunicó a los órganos de la patronal, con casi tres meses de retraso, que había vendido por 1,18 millones (muy por debajo del precio de mercado) la sede del centro de formación a Bancaja. Esta operación incluía un leasing con una empresa que sería finalmente la propietaria y que la realquilaría a la CEV. La patronal acordó ayer revertir la operación que consideró legal, pero errónea en las formas.
La venta, forzada por la situación económica de la patronal ante la necesidad de devolver 1,14 millones de euros por el uso fraudulento de fondos de formación, provocó un malestar en la organización, así como críticas soterradas -que ayer lamentó el presidente de la patronal- que ponían en peligro la estabilidad de la presidencia de Ferrando. Precisamente el tándem Ferrando-Coca llegó a la CEV en 1997 tras la convulsa época en que la patronal abusó de los fondos del Forcem.
Desde entonces la principal labor de ambos ha sido volver a situar a la patronal valenciana como referencia empresarial y obtener el dinero para hacer frente a la demanda de la Administración de devolver el dinero cobrado irregularmente. Enrique Soto, secretario de la patronal de pymes, Cepymev, ocupará el cargo que deja Coca.