20.000 farmacéuticos para 100 farmacias
Un centenar de farmacias saldrán a concurso en Valencia, siete años después de que el ex ministro Romay rebajase la ratio de habitantes por botica. Los candidatos a regentarlas se cuentan por miles
Un negocio para toda la vida. Es lo que llevan esperando miles de licenciados en Farmacia desde que en junio de 1996 el recién estrenado ministro de Sanidad del Partido Popular, José Manuel Romay Beccaría, rebajó la ratio de habitantes por botica de 4.000 a 2.800. Miles de licenciados presentaron solicitudes en los colegios de farmacéuticos y en las consejerías de Sanidad, hasta el punto de que la mayoría de los Gobiernos autonómicos suspendieron las autorizaciones para ordenar el reparto de nuevas boticas.
Mientras que en otras comunidades ya hace tiempo que se repartieron las nuevas licencias, en la Comunidad Valenciana la Generalitat no ha tenido ninguna prisa en autorizar nuevas oficinas de farmacia -se han abierto algunas por sentencia judicial, por tenerlo solicitado antes del decreto de Romay, según la Consejería de Sanidad-, lo cual ha beneficiado a quienes ni siquiera habían empezado a estudiar la carrera en 1996, que han tenido tiempo hasta de hacer un doctorado o sacarse un título oficial de conocimientos de valenciano, muy útil en este caso.
El concurso se convocará en las próximas semanas y se estima que serán entre 80 y 100 farmacias las que se repartirán. Cualquier licenciado en Farmacia, incluso extranjeros con título homologado en España, tiene la posibilidad de presentarse y la Generalitat estima que pueden ser hasta 20.000 los interesados. Por ello, ha contratado a una empresa especializada para que gestione el examen que tendrán que pasar los candidatos y custodie los formularios para evitar filtraciones. Un examen sobre conocimientos sanitarios y de salud pública que no tiene temario.
Antes de este examen, al que se prevé que lleguen unos 7.000 candidatos, los interesados tendrán que establecer una autobaremación de sus méritos académicos y profesionales. Ahí se hundirá más de un aspirante, ya que doctorados, diplomaturas, expediente académico, experiencia docente y, sobre todo, experiencia como farmacéutico serán importantes a la hora de sumar puntos.
Es en ese baremo donde la Generalitat, con el apoyo de los colegios de farmacéuticos, ha incluido algunas barreras para favorecer a los candidatos valencianos. Así, la puntuación de la experiencia profesional, que es lo que más se valora en el baremo, se incrementará un 20% si ésta se ha desarrollado en la Comunidad Valenciana. Esto representa siete puntos sobre 100 en el total del baremo, sin contar el examen escrito, según uno de los últimos borradores elaborados por la Consejería de Sanidad.
Además, el conocimiento del valenciano -sólo acreditable con el título expedido por la Generalitat valenciana- se valorará con un máximo de cuatro puntos, igual que un doctorado, frente a un punto máximo que suman todos los demás idiomas de la Unión Europea.
Los boticarios que quieran mejorar su emplazamiento podrán presentarse, pero tendrán que renunciar a su actual farmacia, que volverá a salir a concurso. La mayoría de las nuevas farmacias se ubicarán en pueblos y en las áreas metropolitanas de las capitales, que han crecido mucho en los últimos años.