El mercado eléctrico nace sin Portugal
España pone en marcha en solitario el mercado a plazo de la electricidad que se preveía fuera ibérico. OMEL y FC&M pujan por hacerse con su sede
E
spaña tendrá un mercado de futuros eléctricos en 2004 sin la participación de Portugal, al menos de momento. El Gobierno prefiere llamarle mercado a plazo, ya que no cumple todos los requisitos de una plataforma de negociación de futuros. El acuerdo inicial era que lo pusiera en marcha Portugal en 2004, coincidiendo con la creación del Mercado Ibérico de la Electricidad (Mibel), cuyo mercado de contado estaría en España, concretamente en la sociedad Operadora del Mercado Español de la Electricidad (OMEL). Dada la aparente desgana del Ejecutivo portugués por poner en marcha el Mibel -estaba previsto para 2003 y se ha pospuesto varias veces hasta el 1 de julio de 2004-, el Ministerio de Economía está preparando las modificaciones legales para que empiece a funcionar en España. La tramitación, eso sí, se lleva con sigilo para no herir susceptibilidades en Portugal, hasta el punto de que Economía no da otra información más que 'se sigue trabajando'.
El mercado a plazo complementará al de contado, que gestiona OMEL, ya que permitirá a las empresas que en él compran y venden electricidad asegurarse precios para plazos, mediante contratos de entre una semana y un año, según el proyecto que maneja la Secretaría de Estado de Energía, Desarrollo Industrial y Pymes, dirigida por José Folgado. La compra y venta de contratos a plazo se gestionará como en los mercados de futuros, con la diferencia de que la contratación será más sencilla y las liquidaciones se harán por entrega física de la electricidad. Esto significa que el vendedor tendrá que entregar en la red de alta tensión que gestiona Red Eléctrica los kilovatios/hora contratados por la otra parte.
En los mercados de futuros propiamente dichos, la liquidación es por diferencias, es decir, que el comprador o el vendedor pagan al final del plazo la diferencia entre el precio que pactaron en su día y el existente al vencimiento, pero no hay entrega física del subyacente. La liquidación por entrega significa que habrá menos atractivo para los especuladores financieros, que en ningún caso pretenden comprar o vender electricidad -aunque en el mercado a plazo existe la posibilidad de deshacer la posición antes del vencimiento- pagando o ingresando la diferencia.
Tanto OMEL como la Sociedad Rectora del Mercado de Futuros de Cítricos (FC&M), con sede en Valencia, aspiran a gestionar este mercado a plazo. FC&M empezó a estudiar la idea en 1997, tras el rotundo fracaso del mercado de cítricos, y en el año 2000 inició una serie de reuniones en las que han participado hasta 37 entidades, entre empresas eléctricas, consultoras, bancos y la propia OMEL, que en 2001 las abandonó por discrepancias con el proyecto. FC&M, que pertenece al Holding de Mercados, tiene un 10% de OMEL y un consejero. La rectora valenciana presentó en mayo de 2002 un completo proyecto al Ministerio de Economía y a la CNMV, con la solicitud de que se pusiera en marcha el mercado de futuros -contemplaban la liquidación por entrega-, mientras OMEL presentó un proyecto alternativo, cada una con su plataforma informática. Ambas obtuvieron la callada por respuesta, debido al compromiso del Gobierno con Portugal de que la sede del mercado a plazo estaría en el país vecino. El proyecto español responde a una necesidad de los operadores hasta que arranque el Mibel y no cierra la puerta a un mercado ibérico a plazo con sede en Portugal.
La ubicación de la sede no es una cuestión baladí, ya que este tipo de mercados mueve mucho dinero. Quizá por ello el Ejecutivo ha previsto que no haya una sola sociedad rectora, sino que las órdenes se centralicen a través de 'sociedades gestoras', con la supervisión de la CNMV. Esto significaría varios mercados que competirían entre sí, como ocurre con los mercados de futuros financieros.
En FC&M creen que no sería viable más de un mercado, como ya se ha demostrado en Alemania, porque no habría liquidez suficiente, y sostienen que en tres meses podrían tenerlo en marcha. Por su parte, fuentes de OMEL afirman que 'una integración del mercado a plazo en el mercado físico que ahora se gestiona sería una adecuada solución', sin perjuicio de los compromisos adquiridos con Portugal.
Ventajas para otros operadores
La posibilidad de contratar a plazo en una plataforma de negociación organizada aportará ventajas a todos los operadores del mercado de contado y facilitará la liberalización y la competencia, ya que permitirá el acceso de pequeños agentes o consumidores que no pueden asumir la realización de ofertas día a día, según fuentes de OMEL.Otros beneficiados serán los consumidores cualificados, que dispondrán de un medio alternativo para asegurarse el suministro a plazo y a precios estables, y las compañías eléctricas y los agentes independientes, que tendrán un nuevo instrumento de planificación. En el mundo hay varios mercados de futuros eléctricos, entre los que es referencia el Nordpool escandinavo.