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Desaceleración económica

Un pulso a la recesión

La desaceleración de la economía mundial nos ha introducido en una coyuntura de contracción del consumo internacional que, unido la incertidumbre como factor denominador de los mercados, ha incidido notablemente en aquellos sectores con proyección exterior como el caso del mueble. La globalización presenta innegables ventajas pero conlleva también un efecto multiplicador de sus consecuencias negativas, máxime en nuestro sector, que es especialmente sensible a las crisis económicas y acusa de inmediato sus consecuencias por tratarse de un bien de consumo duradero.

Específicamente en España, las ventas al exterior de mobiliario han alcanzado durante el ejercicio de 2002 un volumen superior a 1.500 millones de euros, cifra que representa un descenso del 6,7% respecto al año precedente. No obstante, estos datos deben ser analizados en el marco de la coyuntura internacional anteriormente señalada, que ha afectado de la misma manera a las exportaciones de muebles de nuestros principales competidores como Alemania, Italia, Francia o Reino Unido; que también han visto disminuir en 2002 sus niveles de exportación, según los datos oficiales emitidos por la Unión Europea del Amueblamiento.

Ante las dificultades derivadas de este contexto, la ralentización de las exportaciones debe entenderse como una llamada de atención, como una ocasión ineludible para conocer aquellos aspectos susceptibles de mejora y renovación, y actuar en consecuencia. El mueble español presenta inmejorables cualidades que le han hecho merecedor del reconocimiento internacional y que han posibilitado, junto a un perfil empresarial abierto, dinámico y con una clara vocación exterior, avanzar en coyunturas favorables y remontar situaciones adversas.

Esta positiva mentalidad de afrontar con éxito los avatares de la economía internacional ha incidido en la constatada presencia actual del mueble español en los cinco continentes. Calidad, precio, variedad, flexibilidad y capacidad de adaptación se han constituido hasta la fecha como referentes del mueble español en el exterior. Ahora, sin abandonar estos logros hemos de avanzar hacia una apuesta más decidida con base en una nueva reorientación de estrategias comerciales para ganar nuestro particular pulso a la recesión e incrementar la competitividad internacional de nuestra oferta.

Entre los retos a seguir destacan: mejorar la relación calidad-precio y el servicio al cliente (es decir, acortar los plazos de pedidos, mejorar las redes de distribución como respuesta a un consumidor final que cada vez más demanda mayor eficacia y rapidez en el servicio); una mayor adaptación a los gustos y tendencias de cada mercado; reforzar el área de investigación, desarrollo e innovación, la famosa I+D+I, y apoyar la promoción exterior de la marca Mueble de España.

Como presidente de la Asociación Nacional de Industriales y Exportadores de Muebles de España, estoy convencido de que nuestro sector está perfectamente preparado para remontar la situación actual. æscaron;nicamente se requiere una visión renovada capaz de convertir las dificultades en oportunidades de crecimiento y con base en esta actitud el mueble español estará en mejor disposición de competir que en años anteriores.

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