Tony Blair, en el banquillo
Nadie debería desestimar el peso del juicio en torno a la muerte de David Kelly. El aparente suicidio de uno de los máximos expertos del país sobre el armamento de Irak poco después de haber sido señalado como la fuente de la BBC que informó que el Gobierno había engañado al público sobre el poder armamentístico iraquí ha traído consigo una apertura de documentos como nunca se había visto antes (...).
Esta apertura engrandece al juez Hutton (...) y también al propio Tony Blair (...). Su decisión de ir a la guerra fue firme. The Economist apoya esta postura (...). Blair tiene que demostrar, de todas formas, que él tenía razón. Gran parte del país y de su partido piensa que se equivocó (...).
Todo sería más sencillo si David Kay, asesor de Bush, entregara pronto un documento mostrando evidencias de las armas y programas de Sadam Husein, a pesar del riesgo de que estos dossieres sólo convenzan a quienes estén dispuestos a ser convencidos (...).