El candidato impasible
La designación de Mariano Rajoy Brey (Santiago de Compostela, 1955) como candidato del Partido Popular para las elecciones generales de 2004 supone un premio para un político todoterreno con fama de impasible al que José María Aznar ha recurrido para apagar todos los fuegos en los últimos años.
Rajoy no tiene los contactos económicos e internacionales de Rodrigo Rato. Pero a lo largo de los años ha hecho gala de gran eficacia en la gestión de asuntos claves como los pactos con los nacionalistas, la crisis del Prestige o la guerra de Irak.
Flemático, poco dado a los enfrentamientos directos y, como buen gallego, a veces inexcrutable, Rajoy ha ocupado casi todas las carteras importantes en los sucesivos gobiernos de Aznar.
Fue titular de carteras tan sensibles como Administraciones Públicas y Educación. Ascendió a vicepresidente primero y ministro de la Presidencia tras los comicios de 2000. En febrero de 2001 se puso al frente del Ministerio del Interior y más tarde regresó a Presidencia, cargo que compaginaría con el de portavoz del Ejecutivo.
Rajoy se lanzó a la arena política a principios de los ochenta. Licenciado en Derecho, abandonó su puesto de registrador de la propiedad para ser elegido diputado en las primeras elecciones autonómicas celebradas en Galicia. Tenía 26 años. Aquel fue el primer paso de un camino que puede concluir en la Moncloa.
En 1986 dió el salto a la escena nacional cuando encabezó la lista de AP en Pontevedra. Unos meses después dejaría el escaño en Madrid para aceptar la vicepresidencia de la Xunta. Volvió a Madrid en 1990, cuando Aznar sustituyó a Manual Fraga en la presidencia de la todavía AP.
Buena parte de la culpa de los éxitos electorales del Partido Popular la ha tenido el nuevo candidato. Rajoy fue el director de campaña de los últimos comicios, incluidos los que le abrieron las puertas de la Moncloa a Aznar en 1996 y los de la mayoría absoluta en 2000.
Pero, por encima de todo, siempre estuvo ahí cuando Aznar tuvo problemas. En todas y cada una de las crisis del Gobierno popular, la cara la puso Rajoy.