Modesto crecimiento en la eurozona Buen comportamiento del consumo en el Reino Unido
Los indicadores recientes apuntan a que la cifra de crecimiento del PIB de la eurozona será modesta también en el segundo trimestre del año, en torno al 0,6% interanual. Ello se explica en un contexto de pobre contribución al crecimiento del sector externo (perjudicado por la fortaleza exhibida por el euro hasta muy recientemente), el bajo tono de la actividad industrial (con las carteras de pedidos todavía débiles) y un consumo privado que no repunta de forma significativa debido a las dificultades todavía existentes para la creación de empleo.
Por países, la situación es muy heterogénea. En un extremo, destaca la situación española para la que barajamos una previsión de crecimiento del 2,3% para el presente ejercicio. En el extremo opuesto Italia o Alemania, para los que esperamos cifras de crecimiento en torno al medio punto. En una situación intermedia se encuentra el 1,3% previsto para la economía francesa.
Sin embargo, nuestras previsiones para la segunda mitad del ejercicio siguen siendo de moderada recuperación, alentadas por una variedad de indicios positivos que han surgido recientemente tanto de dentro como de fuera de la eurozona. Entre las señales internas podemos señalar: i) la incipiente mejora en los índices de confianza de los agentes (tanto consumidores como empresarios), que se declaran algo más optimistas respecto de la evolución económica futura; ii) algunos signos de que el deterioro del mercado laboral podría estar estabilizándose (aunque la tasa de paro de mayo ha sido el nivel más bajo de los últimos siete meses y el número de desempleados ha disminuido tres meses consecutivos); iii) las importaciones han ralentizado ligeramente su ritmo de expansión mientras que las exportaciones han disminuido su tasa de deterioro y, de continuar la reciente apreciación del dólar, podría mejorar la contribución del sector exterior al crecimiento en los próximos trimestres.
Las señales externas proceden fundamentalmente de la economía estadounidense, para la que el escenario de recuperación se hace más probable, tal y como reflejan los datos recientes de confianza familiar y empresarial, de consumo privado, de producción industrial, del sector construcción y el índice de indicadores líderes. Esperamos un crecimiento del PIB para la eurozona en torno al 0,8%.
En el Reino Unido, las ventas al por menor ajustadas de estacionalidad crecieron en junio un 6% interanual, muy por encima de lo esperado. Con este dato, el perfil de su ciclo-tendencia sigue siendo de suave desaceleración, pero al menos rompe con una sucesión de datos en los últimos meses que han sido o en línea o inferiores a los previstos. En los próximos meses no esperamos que se acelere, ya que la confianza de los consumidores ha permanecido relativamente estable en los últimos meses (último dato de junio). Tanto la valoración de la situación económica general y familiar, como las expectativas de desempleo, empeoran, mientras que tan sólo la capacidad de ahorro presente mejora. Esto podría ralentizar el crecimiento del consumo privado, aunque ayudaría a corregir el desequilibrio de endeudamiento familiar y empresarial.
La tasa de paro francesa de mayo ha repetido el 9,3% registrado en marzo y abril, superando en una décima nuestra previsión por tercer mes consecutivo. Mayo ha sido el séptimo mes de aumento ininterrumpido en el número de parados, que actualmente alcanza el nivel más elevado en los últimos tres años. Con todo, el incremento medio de desempleados en abril y mayo (8.000 personas) ha sido sensiblemente menor al del primer trimestre (18.300 personas).
En Argentina, el IPI creció en junio un 10,9% anual, por debajo de nuestra previsión. La actividad se expandió un 15,4% durante el segundo trimestre, frente al crecimiento del 18,2% del primero. Hay bastantes evidencias de pérdida de fuerza de la actividad industrial. Es el tercer mes consecutivo de tasas intertrimestrales negativas y el ciclo-tendencia del indicador se está desacelerando. Adicionalmente, la última encuesta de expectativas empresariales refleja pesimismo respecto del escenario económico para los próximos meses.
En México, el índice general de actividad económica ha sido en abril muy inferior al esperado: ha mostrado una variación interanual negativa (-0,9%) por primera vez en los últimos 13 meses, lo que supone un deterioro muy significativo respecto del primer trimestre (2,3% interanual). Entre junio de 2002 y marzo de 2003 el déficit comercial mexicano había disminuido de forma continuada.