Citas amorosas y contactos, un negocio en alza
Las webs de contactos son el primer negocio de pago de contenidos en la Red, delante de la información y el ocio, tras triplicar los ingresos en 2002 Ana Hernando
Las webs de contacto han dejado de ser territorio de gente rara e inadaptada que se esconde tras el anonimato de la Red para entablar relaciones virtuales que no se atrevería nunca a llevar en el plano de la vida real. El perfil del nuevo usuario de este tipo de servicios es el de profesional urbanita con conocimientos de tecnología en busca de un romance o una relación estable, sin mucho tiempo ni ganas para deambular por bares y discotecas probando suerte. En 2002 esta clientela desembolsó 302 millones de dólares (274,5 millones de euros), en los portales de citas, lo que supuso un crecimiento del 309% respecto al ejercicio anterior.
La previsión es que este año se superen los 400 millones de euros, según la firma de análisis Media Metrix. El negocio se ha visto animado por un conjunto de compañías, lideradas por la estadounidense Match.com, que emplean herramientas de última generación, incluyendo test avanzados de personalidad, para intentar establecer niveles de compatibilidad, intereses e inquietudes compartidas entre sus usuarios, además de servicios de mensajería instantánea, de voz y vídeo.
Match.com, filial del grupo USA Interactive, propietario también de Ticketmaster y Expedia.com, cuenta con ocho millones de clientes registrados en todo el mundo y 800.000 suscriptores en su servicio de citas por Internet, que pagan unos 25 euros de cuota mensual. Su facturación el año pasado ascendió a 125 millones de dólares (123 millones de euros), un 154% más que en el ejercicio precedente. Tiene servicio directo en una treintena de países, incluyendo España, y opera además a través de los portales de MSN y AOL. La competencia en este campo ha empezado a ser feroz y el gigante Yahoo ha entrado también de lleno en el negocio. La californiana ya es segunda en el mundo en este segmento. El mes pasado lanzó su servicio Yahoo Personals (que ya funcionaba con éxito en EE UU, Japón y Taiwan) en Alemania, Reino Unido y Francia, y planea extenderlo a otros países europeos a corto plazo.
Los contactos 'online' son ya una actividad corriente que está deshaciéndose del estigma que los asociaba a los perdedores en las relaciones sociales
Yahoo pretende aprovechar el potencial de crecimiento del sector en Europa. Y es que, según la consultora Jupiter Research, el mercado europeo de servicios de contacto por Internet se multiplicará por cinco en los próximos cinco años, pasando de los 40 millones de euros que se espera facturará este ejercicio a 117 millones de euros en 2007.
Contenidos creados por los usuarios
Yahoo se niega a desvelar cuanto ingresa su división Personals, aunque analistas de Deutsche Bank estiman que obtendrá 110 millones de dólares este año por dicho concepto (con un crecimiento del 69%). La firma ha reconocido que los contactos online son los contenidos de pago que más contribuyeron al incremento global de su facturación en el último ejercicio.
El sector de contactos en línea fue durante el año pasado el primer sector de pago de contenidos en Internet por delante de información y ocio, tanto en ventas como en crecimiento. Curiosamente, el contenido que aparece en estas webs es creado por los propios usuarios, que son los que escriben sus perfiles con sus características, intereses y gustos personales, ajustándose al guión que suministra cada firma. 'Hemos dado con algo por lo que la gente está dispuesta a pagar en Internet. Todo está hecho por y para el usuario. Los clientes crean los contenidos y pagan por ellos', señala Jeff Titterton, vicepresidente de servicios de consumo del portal de contactos PlanetOut, con base en San Francisco y dirigido específicamente a la comunidad de gays, lesbianas y transexuales.
Los contactos online están probando ser tan exitosos como los modelos impuestos por Amazon o Ebay en el mercado de consumo en
Internet. 'Nosotros somos el Ebay de los seres humanos', bromea Titterton.
La comunidad de gays y lesbianas fue pionera en el uso de Internet para entablar relaciones. 'A comienzos de los noventa, los chat rooms de AOL ayudaron a crear estos espacios', explica el vicepresidente de contenidos de PlanetOut. El portal cuenta entre sus inversores a JP Morgan, AOL e IDG, y acaba de presentar los resultados de su primer trimestre fiscal en el que ha obtenido unos beneficios de 100.000 dólares, frente a los 1,2 millones de dólares de pérdidas que sufrió en el mismo periodo del año anterior. Además tiene su propio servicio de noticias, viajes y comercio electrónico, pero el 60% de sus ingresos procede de los servicios de citas.
Jeff Titterton señala que el éxito de las webs de contactos muestra que existe una gran oportunidad de negocio en los contenidos online premium, pero que el modelo debe ser mixto, ofreciendo algunas cosas gratis para atraer al usuario y lograr la suficiente masa crítica.
El modelo de negocio es simple y directo, explica Trish McDermott, vicepresidenta de Match.com. 'Los usuarios utilizan estos sitios para crear perfiles con gancho y ese contenido está disponible gratis, pero si alguien quiere ponerse en contacto con una de las personas que aparecen en el listado, es entonces cuando el contenido pasa a la categoría premium'.
El negocio se está haciendo tan popular que periódicos como los estadounidenses The Boston Globe o The New York Daily News o los británicos The Guardian, Sunday Times y la guía del ocio TimeOut han empezado a incluir servicios de citas online en sus webs.
Alex Kovach, director general del portal Lycos en Reino Unido e Irlanda, que tiene su propio servicio de ligue llamado Love@Lycos, opina que el mercado está creciendo a gran velocidad y que la Red está especialmente dotada para estos servicios porque derriba inhibiciones y da oportunidad de entrar en contacto a personas que habitualmente se mueven en círculos distintos o vive en diferentes lugares y que de otra forma nunca se hubiera conocido.
Para muchos la idea de suscribirse a un servicio de citas por Internet sigue siendo algo que suena mal y que frecuentemente se asocia con individuos raros, poco atractivos o que tienen problemas para relacionarse con los demás. Sin embargo, expertos en la materia, como Jeffrey Gavin, de la Universidad de Bath (Reino Unido), piensan que en la era digital las viejas formas de cortejo han quedado desfasadas y que la Red ya no es el último recurso para los desesperados, sino un ámbito propicio para el encuentro.
Los usuarios de Match.com y de la mayoría de estas webs tienen edades comprendidas entre 25 y 45 años. Una gran mayoría afirma que sus trabajos les dejan poco tiempo para socializar y que pese a contar con un sólido círculo de amigos, tienen pocas oportunidades de conocer a gente nueva. Otros son divorciados o han terminado una relación de larga duración y buscan compañero/a sin necesidad de pasar las fatigas de salir por la noche por bares y discotecas.
æpermil;ste es el caso de Karen Riley, recogido por la escritora Andrea Semple en su libro The Ex Factor. Dos años después de divorciarse Riley sintió que estaba lista para conocer a alguien, pero, en la treintena y con un hijo de corta edad, no tenía demasiadas posibilidades. 'No me sentía con ganas de salir a locales nocturnos a probar suerte y decidí entrar en un servicio de contactos online. Nunca se me hubiera ocurrido inscribirme en una agencia matrimonial convencional, pero Internet te ayuda a deshacerte de tus inhibiciones'.
Después de dos intentos fallidos, al tercero tuvo suerte y empezó a escribirse con Jon en la web DatingDirect.com. Jon vivía en la localidad británica de Leicestershire, donde Riley se crió, y era padre de una niña un año menor que el hijo de ella. Después de varios correos electrónicos decidieron quedar, se enamoraron y el año pasado se casaron.
No todas las historias acaban bien, la gente sigue mintiendo tras el anonimato de la Red. Muchos de los que dicen ser solteros están casados y además hasta que el encuentro no se produce no se puede saber si hay química o no por más que la persona al otro lado de la pantalla parezca el ser perfecto, señala Riley.
El crecimiento espectacular que han tenido las webs de contacto en los dos últimos años parece que se va a serenar un poco, según los analistas, y al final, como sucede cuando un mercado alcanza la madurez, se llegará a una consolidación tras la que sólo quedarán unos cuantos jugadores. Ahora mismo se está produciendo una segmentación del negocio por comunidades como las de gays, lesbianas, religión, raza, afinidades... Y ya se pueden encontrar portales de citas específicamente creados para los seguidores del Islam como MuslimSingles, JDate se dirige las personas de religión judía y BlackPlanet a las de raza negra. Incluso hay un portal destinado a los vegetarianos llamado VeggieDate. En India, donde todavía persiste la costumbre de concertar los matrimonios, están floreciendo las webs dedicadas a este negocio, sustituyendo en muchos casos el papel que hacían las familias.
Lo que parece cierto, según afirma Alex Kovach, es que los contactos online son ya una actividad corriente que, a medida que se generalizan, están deshaciéndose del estigma que los asociaba a los perdedores en las relaciones sociales. En Estados Unidos, 'la actividad está totalmente libre de consideraciones negativas y el mayor lugar de cita de los solteros americanos es ahora Internet', dice Trish McDermott.
España, un mercado incipiente, pero con gran potencial
El gigante del negocio de los contactos en línea Match.com está pisando fuerte en España. Tan sólo seis meses después de establecer la filial ya cuenta con 540.000 usuarios y ofrece sus servicios de citas amorosas y de amistad a los mayores portales de Internet, entre otros Terra, Wanadoo, Tiscali y MSN.Sonia Fernández, directora general de Match.com España, reconoce que el mercado español en este segmento 'es todavía muy incipiente, pero que el potencial es grande'.Estados Unidos, donde más del 40% de la población es soltera y se vive una auténtica desintegración de la familia nuclear, es el país donde el negocio de las webs de contacto está más desarrollado; en Europa el líder es Reino Unido.El principal rival de Match.com es Yahoo Personals. En España compite con Muchagente, una web propiedad del portal Ya.com y de Mediabit (filial española de Endemol), que cuenta con 250.000 usuarios.Ya.com también acoge a Chueca.com, la web más popular de contactos para la comunidad de gays y lesbianas en España.La creciente competencia en el terreno de los sitios de Internet de citas amorosas está obligando a las compañías a afinar al máximo sus servicios. Match.com acaba de introducir una nueva tecnología llamada Weattract, propiedad de la firma del mismo nombre. Se trata de un sofisticado test que juega con parámetros de asociación libre y que imita los tests psicológicos más complejos con el objetivo de asegurar los mayores niveles de compatibilidad entre sus usuarios.Yahoo Personals, que todavía no funciona en España, ha introducido una herramienta denominada motor de afinidad, que agrupa a gente con características similares. Y que se ha inspirado en aplicaciones que utilizan las webs de consumo como Amazon para vender sus productos en función de categorías.Las nuevas herramientas de estas compañías se suman a los servicios más avanzados de mensajería instantánea multimedia a través de PC y ordenadores de mano, SMS y servicios de vídeo y voz.La suscripción mensual de Match.com en España es de 24,9 euros al mes, el precio estándar de este tipo de servicios. La empresa asegura que recibe informes de unas 75 bodas al mes en el mundo que se producen gracias a los contactos establecidos en su sitio. También señala que mensualmente unas 5.000 personas se dan de baja del servicio porque han encontrado pareja.Pese a la fama que tiene Internet como punto de encuentro para el sexo casual, la mayoría de los usuarios que entran en las webs de contacto va en busca de una relación estable, amistad o romance, dicen los responsables de estas firmas.Hace unos años el panorama actual hubiera sido difícil de imaginar, ni siquiera como ciencia-ficción. Pero en la era digital, la Red sirve para (casi) todo incluso para encontrar el amor, aunque sea pagando.