Schröder acepta las disculpas de Berlusconi y da por cerrada la crisis
El canciller alemán, Gerhard Schröder, dio ayer por cerrada la crisis diplomática con Italia después de que el primer ministro, Silvio Berlusconi, le presentara sus disculpas por haber comparado a un eurodiputado alemán con un nazi durante su primera sesión parlamentaria como presidente del Consejo de la UE.
Me ha presentado sus disculpas por la elección de esa expresión y comparación. Yo le he dicho que por lo que a mí respecta este asunto está terminado', concluyó el canciller.
Con estas palabras daba por zanjada una crisis abierta el miércoles pasado en Estrasburgo, cuando Berlusconi, que asumía la presidencia europea por seis meses, comparó al diputado Martin Schulz con un nazi. El incidente levantó escamas en el Parlamento y Schröder exigió que Berlusconi se disculpara por la ofensa cometida. 'Esta comparación es inapropiada y completamente inaceptable en contenido y en forma', dijo el canciller alemán.
Los grupos del Parlamento Europeo, por su parte, no fueron capaces de acordar una postura común para exigir una rectificación a Berlusconi. Los líderes de centroderecha, socialistas y liberales debatieron su respuesta, pero no hubo consenso. Enrique Barón, líder del Grupo Socialista, señaló que su grupo continuará pidiendo una disculpa. 'Estamos buscando apoyo de otros grupos para obligar a Berlusconi a hacer una disculpa oficial', apuntó Enda McKay, portavoz del Partido de los Socialistas Europeos.
El Partido Popular Europeo, por el contrario, disculpó a Berlusconi y exigió una disculpa por parte de Schulz. 'El presidente del Consejo fue ofendido por el diputado Martin Schulz, que hizo observaciones inaceptables sobre el primer ministro italiano y el pueblo italiano', dijo el PPE en un comunicado. Los populares acusaron, además, al Grupo Socialista de querer convertir el incidente en un asunto institucional.
Schulz lanzó críticas contra Berlusconi por sus intereses empresariales y las posibles incompatibilidades con su actividad como político.
El primer ministro italiano acusó a la oposición de su partido de haber preparado el ataque. La oposición italiana de centro izquierda rechazó, por su parte, la acusación de haber 'orquestado' a Schulz y varios de sus dirigentes aseguraron que no era necesario preparar nada porque en Europa se sabe cuáles son las anomalías de Berlusconi, sus incompatibilidades y sus problemas judiciales. Il Cavaliere forzó la aprobación de una ley que le da inmunidad judicial mientras ocupe el puesto de primer ministro, después de estar involucrado en un caso en el que se le acusa de haber sobornado a jueces.
La Comisión Europea, por su parte, se esforzó en evitar pronunciamientos al respecto, pero el portavoz, Reijo Kemppinen, reconoció que las declaraciones de Berlusconi contra Schulz suponían 'un incidente muy serio' y añadió que 'naturalmente todo el mundo de la Comisión habría preferido que no pasara'.
El Gobierno italiano se resiente
La salida de tono del primer ministro italiano ha tenido repercusiones en su propio Gobierno de coalición, empezando por el viceprimer ministro, Gianfranco Fini, quien abogó por que Berlusconi se disculpara. 'Ninguna acusación, ni siquiera la más partidista, puede justificar el adjetivo nazi con un adversario político', dijo Fini, quien lleva años luchando para quitarle a su partido, la Alianza Nacional, la sombra de descender del movimiento fascista de Mussolini y convertirlo en una fuerza conservadora respetable.El líder de otra de las fuerzas presentes en la coalición de Gobierno, la Unión Democrática del Centro, se distanció también de las declaraciones del primer ministro. 'No las comparto y lucho por entenderlas', dijo Marco Follini.Pero también hubo quien le dio su apoyo. Vino de la Liga Norte, partido de ultraderecha que destaca a menudo por sus comentarios radicales sobre el control de la inmigración en Italia.