Wall Street cierra con una fuerte alza por las noticias de empresas y los datos de manufacturas
La bolsa de Nueva York ha cerrado hoy con una fuerte tendencia alcista, gracias a una serie de buenas noticias de empresas y los datos de actividad manufacturera en el estado de Nueva York mejores a los previstos. El índice Dow Jones de Industriales ha ganado un 2,19%, y si situaba en 9.316,72 puntos, después de completar el viernes una baja de 79,43 puntos. Esta es la primera vez desde julio del 2002 que el Dow Jones se negocia por encima de los 9.300 puntos. Por su parte, el mercado tecnológico Nasdaq, ganaba un 2,51% , hasta los 1.667,32 puntos, tras el retroceso de 27,13 puntos del viernes
El Banco de Nueva York de la Reserva Federal ha hecho pública hoy su encuesta del sector manufacturero "Empire State" que se disparó a 26,8 en junio, su más alto nivel desde que comenzó a ser elaborada hace dos años, desde 10,6 en mayo. El informe, que mide la actividad de las fábricas en el estado de Nueva York, brinda cierta esperanza de que la recuperación del golpeado sector manufacturero de Estados Unidos está cobrando fuerza. El repunte podría llevar a algunos economistas a elevar sus pronósticos de otros barómetros regionales de la actividad industrial.
El pasado viernes, la Universidad de Michigan informó de que el indicador preliminar de la confianza de los consumidores de EEUU cayó desde los 92,1 puntos de mayo a los 87,2 en junio, una baja que no se esperaban los analistas, que calculaban que este indicador se ubicaría en torno a los 93 puntos. Otra mala noticia económica fueron los datos de precios al por mayor, que volvieron a caer un 0,3 % en mayo, tras la baja de 1,9% de abril, la mayor de la historia.
Esto hace temer a los inversores y analistas de que la economía podría estar acercándose a una etapa deflacionaria, marcada por la constante baja de los precios, que frena el consumo, pues ante la posibilidad de comprar los productos más baratos más tarde, los consumidores limitan su gasto. Este temor a la deflación hace que los analistas den casi por segura una nueva rebaja de los tipos de interés, lo que sigue beneficiando a los bonos en desmedro de las acciones.