La extinción de los grandes automóviles
El mundo del motor está de celebraciones. Hace 100 años que Henry Ford empezó a hacer negocios y se inició la historia de amor entre EE UU y el automóvil (...). Sin embargo, a no ser que cambie algo, la industria podría quebrarse, y es Ford la que más problemas tiene de los tres grandes fabricantes. El cumpleaños puede aguarse (...).
Washington ha acudido a ayudar a estas compañías poniendo restricciones a la industria japonesa (...). Pero ahora Nissan, Toyota y Honda tienen sus propios clientes en EE UU, y fabrican coches donde realmente importa, en el sur estadounidense, lejos de la influencia de Detroit (...). La industria automovilística de EE UU está atrapada. Tiene mucha más capacidad de la que necesita (...). Y, peor todavía, las jubilaciones de las plantillas ponen en peligro la viabilidad de algunas empresas (...) y puede que tengan que acogerse a la Ley de Quiebras (...). La extinción de los grandes coches estadounidenses no es una pesadilla, es una realidad.