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El colegio del futuro ya funciona en Teruel

El colegio rural de Ariño-Alloza ha puesto en marcha un proyecto pionero en el que los niños han sustituido sus cuadernos por unos ordenadores, conectados a Internet, que reconocen la escritura

Sara tiene 10 años y vive en un pequeño pueblo de Teruel. Todos los días va a la escuela de Ariño-Alloza, donde estudian los niños de estas dos poblaciones mineras que no suman 2.000 habitantes. Sara no tiene cuadernos ni bolígrafos ni apenas libros de texto y, sin embargo, la podría envidiar cualquier alumno del internado más caro de Suiza.

Sara, al igual que sus 12 compañeros de 4º de primaria, ha sustituido los cuadernos de papel por un Tablet PC, un ordenador que reconoce la escritura y que cuenta con un acceso móvil a Internet. Sus clases han dejado de consistir en un profesor impartiendo una lección para pasar a la interactividad total.

En inglés buscan los itenerarios para visitar los monumentos más conocidos de Londres; en geografía ven ejemplos de pliegues y fallas reales; realizan consultas a sus maestros a través del e-mail; participan en chats con alumnos de otros centros; hacen trabajos en formato Powerpoint, a los que añaden grabaciones con su voz o los dibujos que ellos mismo han escaneado, o se pasan fotos por infarrojos; y todo con una naturalidad pasmosa. Estos niños participan en un proyecto pionero, que trata de experimentar con lo que será la educación del futuro.

Microsoft ha participado activamente en el proyecto, al igual que la Junta de Aragón, pero el verdadero promotor de esta iniciativa es José Antonio Blesa, director del colegio, que lleva años interesado en la aplicación de las tecnologías a la educación. 'Los límites de esta escuela han dejado de ser sus muros', comenta Blesa. 'El potencial de estar conectado a Internet es enorme y los niños lo usan sin cortapisas, pero bajo la guía de los profesores'. Este colegio se ha convertido en una referencia que visitan otros centros de toda España, y es uno de los destinos más deseados por los estudiantes de magisterio para realizar sus prácticas.

'Los profesores estamos buscando nuevas webs de calidad constantemente para que puedan ser utilizadas en clase y nuevas formas de sacar partido a la informática', comenta Blesa. Pero los niños han sido los más rápido en adaptarse. Encuentran webs mucho más interesantes que los propios maestros y descubren nuevas funciones por sí mismos, según comentan sus profesores.

El objetivo actual es que la revolución educativa de Ariño-Alloza no sea un caso aislado. Microsoft quiere construir una comunidad de maestros como Blesa para ayudarles a poner en práctica sus proyectos. Detrás de las donaciones de Microsoft muchos ven intereses para evitar el avance de Linux, pero la motivación importa poco cuando la competencia se traduce en mejorar la educación.

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