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Fraude

Tres antiguos empleados de Dynegy, acusados de fraude

Tres antiguos empleados de Dynegy, empresa productora de energía que estuvo al borde de la quiebra el año pasado, en lo que asemejó a otro caso Enron, han sido imputados por fraude por los organismos federales y demandados por la Comisión de Valores (SEC) por inflar las cuentas de la compañía.

Estos tres antiguos empleados se las ingeniaron para transformar un crédito de 300 millones de dólares, destinado al denominado proyecto Alpha, en liquidez de caja, según figura en el escrito del fiscal de Houston.

Gene Foster, el ex vicepresidente del área de impuestos, Jamie Olis, ex director de planificación de impuestos, y Helen Sharky, encargada de contabilidad, han sido acusados por la SEC de fraude bursátil, conspiración y otros tipos de fraude. Los tres fueron detenidos ayer y se enfrentan a una pena máxima de 10 años de cárcel y una multa de 1 millón de dólares.

Los acusados hicieron caso omiso al asesoramiento que recibieron de auditores externos y establecieron un pacto secreto para ocultar su conducta, según el escrito del regulador. En el juicio civil la SEC solicita que estos antiguos empleados paguen una multa que cubra todas las ganancias que recibieron por actuar irregularmente, incluyendo las bonificaciones de su salario y los beneficios derivados de la compraventa de acciones. Según la SEC, como consecuencia de la actuación de estos antiguos empleados, la compañía publicó resultados financieros falsos y perjudicó a los inversores.

Dynegy está cooperando con los reguladores y fiscales encargados del caso, según informó ayer aunque no realizó comentarios sobre las acusaciones.

El pasado mes de septiembre Dynegy accedió a pagar tres millones de dólares como parte de un pacto con la SEC para evitar ir a juicio por cometer irregularidades e inflar los beneficios de la compañía. El organismo regulador había acusado a la compañía de engañar a los inversores con el denominado proyecto Alpha, ideado para inflar los ingresos de la compañía gracias a unas supuestas ventas de energía. La compañía no admitió ni negó los cargos como suele ocurrir en este tipo de pactos.

El consejero delegado de la compañía Charles Watson dimitió en mayo del pasado ejercicio, una vez se destaparon estas operaciones fraudulentas. En enero la compañía volvió a publicar las cuentas de los últimos cuatro años.

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