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Bolsa

La falta de estímulos impide que el Ibex cierre en el nivel más alto del año

Indecisión, volatilidad y falta de tendencia. Con estos tres términos se resume la segunda sesión de la semana que terminó pese a todo con un alza para la Bolsa del 0,4%. El negocio, al igual que el lunes, dio signos de que el mercado se encuentra en compás de espera. La contratación se elevó a 1.170 millones de euros sin contabilizar operaciones especiales ni mercado de bloques.

La subida del Ibex estuvo apoyada en el SCH y BBVA, que lograron avances del 2,25% y 0,7%, respectivamente. Prisa pasó a ser el valor con más apuestas en el día y cerró como la mejor al ganar un 4,99%.

El Ibex logró superar en las primeras horas de negociación el máximo anual (6.717,7 puntos), pero la debilidad de la jornada redujo el nivel hasta los 6.696,8 puntos del cierre. Los analistas están convencidos de que los mercados tanto europeos como estadounidenses se encuentran en una situación técnica bastante compleja, que va a ser difícil de superar si no hay un catalizador de peso a medio o corto plazo.

Los próximos días van a ser claves en cuanto a noticias empresariales. Motorola y Nokia ya han iniciado la tanda. La primera acaba de reducir sus previsiones de ingresos y beneficios para el segundo trimestre, principalmente por la caída de ventas en Asia. Nokia, por su parte, comunicaba ayer al mercado que sus ventas podrían ser menores que lo previsto por la debilidad del dólar y el impacto de la neumonía asiática; mantuvo, sin embargo, las previsiones de beneficios. Los mercados, algo preocupados sobre esta noticia las horas previas a su publicación, reaccionaron con frialdad. Wall Street tampoco mostró excesiva preocupación y abrió con ligeras ganancias, que ayudaron a sostener en positivo a parte de los principales mercados europeos.

La atención, en Greenspan

Los inversores estadounidenses tenían la atención puesta en los altos mandatarios de la Reserva Federal. Incluso se esperaba la comparecencia de Alan Greenspan durante la jornada ante el comité de Energía. Cualquier comentario que viniera de la alta institución monetaria estadounidense cobra especial relevancia en estos días. Desde que el Banco Central Europeo (BCE) bajara los tipos de interés la semana pasada al 2% en la zona euro, han ganado terreno quienes espera que la Fed haga lo propio el 25 de junio.

La posible actuación de la Fed preocupa a los analistas. El jefe de inversiones estratégicas de Merrill Lynch, Richard Berstein, comentaba en una entrevista en el Sunday's New York Times que, si recorta el precio del dinero, la debilidad de la economía estadounidense podría prolongarse durante algún tiempo. Mientras esto sucede o no el euro y el dólar siguen con su batalla interna y la moneda única recortaba posiciones, pero aguantaba por encima de las 1,17 unidades por dólar.

El día no dio mucho de sí en cuanto a referencias económicas. Lo más destacable fue la previsión del Bundesbank sobre la economía alemana, que la ha situado entre el 0,1% y 0,2%, frente al 0,5% que estimaba con anterioridad. Las cifras son mucho más pesimistas que las que maneja el Gobierno del canciller Gerhard Schröder, que espera un crecimiento del 0,75%.

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