Decenas de miles de manifestantes protestan en Ginebra y Lausana
A la tradicional cumbre del G-7 (más Rusia) se unió ayer la ya también tradicional manifestación del movimiento antiglobalización. Decenas de miles de personas (90.000 según los organizadores y 20.000 según fuentes policiales) procedentes de países como Italia, Alemania, Grecia, Reino Unido o Turquía, salieron de las ciudades de Annemase (Francia) y de Ginebra (Suiza) para denunciar un G8 al que consideran 'ilegítimo'. Los manifestantes lanzaron además duras proclamas contra la guerra de Irak y el presidente Bush.
Aunque las protestas transcurrieron sin incidentes de gravedad, no faltaron intervenciones de algunos grupos violentos que ya en la noche del sábado habían destrozado varios escaparates de la capital suiza y continuaron ayer en Lausana.
Unas 300 personas se dedicaron a lanzar piedras a la policía, acción muy criticada por las organizaciones pacifistas participantes en la protesta contra el G-8. Tras dos horas de enfrentamientos, la policía logró dirigir el grupo hacia las afueras de la ciudad, pero los violentos lograron quemar una gasolinera y montar nuevas barricadas, que fueron disueltas con gases lacrimógenos.
Estos altercados no impidieron que miles de manifestantes, mayoritariamente de la organizacón Attac, llegaran por la tarde a Thonex (en la frontera francosuiza), bajo el lema común de 'otro mundo es posible'o el grito del sindicato francés Confederación Francesa Democrática del Trabajo 'la solución, la revolución', lanzada en español.
La manifestación concluyó con un minuto de silencio en el suelo para conmemorar los 25 millones de víctimas de sida, después de que el Gobierno norteamericano haya dado luz verde a una partida de 15.000 millones de dólares a esta causa, la más elevada que se había registrado hasta ahora.