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Baleares experimenta con la urna electrónica

2.300 electores de un colegio mallorquín tuvieron oportunidad ayer de probar una urna electrónica que asegura el anonimato del votante. Cada aparato tiene un coste de 1.800 euros

El PSOE ganó las elecciones virtuales que se realizaron ayer en uno de los colegios electorales del municipio de Llucmajor (Mallorca). 2.300 electores del colegio s'Algar fueron los protagonistas de la primera votación electrónica de la historia de Baleares y de la única que ayer se celebró en todo el territorio español.

Los electores de este colegio tuvieron la ocasión de votar dos veces: la primera en la tradicional urna; y la segunda de manera electrónica a través del sistema ideado por el grupo Electronic Systems & Software, cuya máquina electoral, I-Votronic, es comercializada en España por la valenciana Odec. A las 21 horas se contabilizaron 636 votos electrónicos de los que 177 fueron para el PSOE y 133 para el PP.

Se trató de una simple prueba piloto puesta en marcha por el Gobierno balear para conocer el grado de aceptación de las nuevas tecnologías en el mecanismo de participación de uno de los sistemas políticos más antiguos del mundo: la democracia.

El sistema de votación es tan sencillo como elegir con el dedo una de las opciones políticas que aparecen en la pantalla. Para poder acceder al sistema, los electores deben previamente introducir una tarjeta que les permite el acceso a la pantalla: se elige la opción política deseada y, a continuación, se señala la palabra Vota. Y ya está. Ni papeletas ni sobres ni urnas ni posible identificación del voto. El anonimato está absolutamente garantizado porque la tarjeta que debe insertarse previamente no incluye ningún dato del votante.

Las cinco máquinas instaladas a la entrada del colegio electoral provocaron más de un recelo entre los votantes de mayor edad. Pocos accedieron a realizar el voto electrónico, a diferencia de la gente joven, que se mostró gustosa a participar en este experimental ejercicio democrático.

El responsable de voto electrónico de la empresa Odec, Fernando Llopis, explicó a pie de urna electrónica que, para evitar los recelos de los posibles electores, previamente se les había enviado una carta en la que se les notifica la posibilidad de probar este programa piloto. Casi todos los consultados por el personal de la empresa presente en el experimento aseguraron que preferían el sistema electrónico al tradicional.

Las ventajas de este sistema -de imposible implantación hasta que no se reforme la Ley Electoral, en la que expresamente se señala que la votación se hará en urnas- son evidentes a la vista de que el escrutinio con los resultados definitivos se conoció en el mismo instante en que se cerró la urna electrónica. No sólo se ahorran las papeletas, sino el largo y farragoso escrutinio, además del posible error humano en el recuento.

Se ahorran papeletas y sobres, pero sería preciso adquirir un ingente número de máquinas de votación, a 1.800 euros cada una. Tan sólo en Baleares serían necesarias 1.042, una por cada mesa electoral.

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