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La enoteca

Nacida para la gloria

Carlos Moro aprovechó los valores vitícolas de Ribera del Duero y su legado familiar para crear una bodega reconocida como una de las mejores del mundo

Siguiendo la tradición elaboradora en tierras castellanas de sus antepasados, Carlos Moro pone en marcha en 1988 un nuevo proyecto: la creación de una bodega en Valbuena de Duero (Valladolid), integrada en la DO Ribera del Duero. Desde el inicio, su creador tiene un objetivo claro: elaborar vino de alta calidad empleando la tecnología más avanzada y respetando, al mismo tiempo, las formas de elaboración tradicionales. Pero el principal reto asumido por Carlos Moro fue su apuesta por la barrica nueva para la crianza de sus vinos, una idea novedosa en la zona en la que muchos han visto la clave del éxito de los vinos Matarromera.

Matarromera ve la luz en 1995 con su primer tinto y ya en su primera cosecha obtuvo el reconocimiento de la prensa como 'mejor vino del mundo'. Comienza así una interminable sucesión de aciertos reconocidos a través de múltiples premios nacionales e internacionales que convierten a esta bodega en paradigma de la más alta calidad, cuya mejor garantía ha sido la continuidad en la calidad de sus vinos cosecha tras cosecha.

Y es que la bodega ya nació con los mejores presagios, con sus viñedos tan cerca de la mítica bodega Vega Sicilia y con la fortuna de poseer cepas de hasta 25 años de antigüedad, cultivadas en excelentes pagos de Valbuena y Olivares del Duero. En total, 80 hectáreas de viñedo, que se desarrollan en las mejores tierras de la denominación, en las que la variedad reina es la tinto fino (tempranillo) -la uva estrella de esta denominación-, acompañada en menores proporciones de otras cepas de las variedades tintas internacionales cabernet sauvignon y merlot. Uvas que se benefician de las extraordinarias condiciones que estas tierras ofrecen a la vid -suelos de aluvión, grandes contrastes térmicos entre el día y la noche y gran insolación durante el verano- para otorgar al vino un color intenso, frutosidad, magnífica acidez y taninos y una larga vida.

La vendimia se realiza cada año de forma manual y selectiva y la uva es recogida en cajas de 20 kilos para que llegue en perfecto estado a la bodega. Las naves de Matarromera están semienterradas en la falda de la ladera norte del Valle del Duero, y desde ellas se divisan los propios viñedos de la bodega. La disposición técnica de las instalaciones se ha concebido desde el concepto de verticalidad. Así, la uva vendimiada llega a la parte superior de la bodega, desde donde cae por gravedad sobre los depósitos de fermentación, evitando la conducción de la uva con bombas.

La bodega tiene una capacidad en depósitos de 600.000 litros, y para la crianza de sus vinos cuenta con naves subterráneas que albergan 2.000 barricas del mejor roble americano y, en menor medida, francés, permanentemente renovadas para que no resten cualidades a los complejos matices de la uva en su punto de maduración.

Según Carlos Moro los vinos de esta bodega conjugan la viveza que la tinto fino aporta a los vinos de Ribera del Duero pero con la máxima elegancia, el total equilibrio y la seguridad de que, una vez acogidos en botella, desarrollarán esa finura tan deseada a lo largo de los siglos.

Lo cierto es que hoy en día el vino Matarromera es uno de los tintos más importantes del país, con una larga lista de premios en su haber. Basado en la uva tinto fino y con crianza en barrica nueva para crear un Ribera del Duero con toda su fuerza. Un vino para el futuro, tánico, estructurado, con capa y cuerpo, pero a la vez elegante y de suave paso de boca, que expresa lo mejor de esta denominación pero sin rudeza. El vino Matarromera se comercializa con el calificativo de crianza, reserva o gran reserva o simplemente bajo la marca Prestigio. Por otro lado, y además de Matarromera, esta bodega cuenta en el mercado con el tinto Melior.

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