_
_
_
_
Futuro

Mucho que aprender

La economía necesita para recuperarse confianza en las expectativas. Santiago Satrústegui implica a entidades e inversores en un cambio de la forma de entender las inversiones para salir de la crisis

Hay mucho que aprender sobre el dinero! Lo afirma nada más y nada menos que Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, máxima autoridad en materia monetaria, y la persona más influyente del mundo cuando se trata de tomar decisiones económicas. Entendida en un sentido de modestia socrática, la frase resumiría bastante bien lo que le debe estar ocurriendo en estos momentos al gurú de los gurús, quien disponiendo de toda la información posible sobre la economía estadounidense, nos sigue diciendo que no está claro si son galgos o podencos y que hace falta seguir esperando y analizando la evolución de los datos económicos para poder dictaminar cuál es el problema a resolver.

La sensación que transmitió Greenspan en la comparecencia ante el Congreso americano es que quería demostrar al mundo que fuera cual fuese el problema, encontraría la solución. Además de las tradicionales baterías de medidas de corte fiscal y monetario, afirmó que como último recurso sería capaz de ponerse a comprar bonos en el mercado, para hacer bajar aún más las rentabilidades. Cualquier cosa menos deflación.

Puestos a intervenir en el mercado, ¿por qué no hacerlo comprando acciones? La economía para recuperarse necesita, sobre todo, confianza en las expectativas, y teniendo en cuenta las dudas que manejan los responsables económicos respecto al futuro, solamente los datos objetivos, actividad económica y beneficios crecientes de las empresas harán reaccionar a los agentes económicos. Otra opción es que los mercados empiecen primero a repuntar y transmitan a los agentes la oportunidad de invertir y esto mejore los datos.

A pesar de seguirnos hablando de la pescadilla que se muerde la cola, cuando la máxima autoridad monetaria se refería a lo mucho que hay que aprender, no se estaba aludiendo a sí mismo en un moderno 'yo sólo sé que no sé nada', sino que el destinatario del mensaje era el consumidor americano. La frase forma parte de una campaña publicitaria, con anuncios en televisión, en la que la Reserva Federal arengará a los ciudadanos para tomar decisiones bien informadas sobre qué hacer con su dinero.

Desde hace mucho tiempo la Reserva Federal viene siendo muy activa en promover la cultura financiera de la sociedad americana, y sus recursos en materia de divulgación son un ejemplo en ese sentido. El salto a la televisión sería simplemente un paso más. Pero hacerlo precisamente en estos momentos, resucitando el viejo tópico de que la culpa de todo la tienen los inversores particulares que no están suficientemente preparados, me parece, además de absolutamente injusto, totalmente inoportuno.

Dicho esto, creo que el argumento de fondo es muy valioso y que una lectura adecuada de la crisis, y de su impacto en los inversores tomados individualmente, refleja que será necesario para salir de ella un cambio de la forma de entender las inversiones, tanto por su parte como por parte de las entidades financieras y de los profesionales que les están asesorando.

Mucho que aprender, sí, pero todos, desde el primero hasta el último.

Archivado En

_
_