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Golf

Los hoyos de las estrellas

El libro 'Golf en Hollywood' recoge las anécdotas vividas por el mundo del cine en el campo Por Jacint Felip

Las grandes estrellas de Hollywood dedican una parte de su tiempo de entretenimiento a la práctica de golf. Algunos, además, han protagonizado películas cuyas historias estaban relacionadas con este deporte, como Kevin Costner, Joe Pesci y Samuel L. Jackson.

Cuando Costner ultimaba el rodaje del largometraje Tin Cup, le pidió a su productor la participación de algunos de los golfistas que cada semana compiten en el circuito profesional americano para que intervinieran en la ambientación de las escenas de los torneos. Actor y productor confeccionaron una lista de jugadores a los que pidieron su colaboración. Ninguno contestó. Pero Kevin Costner tuvo una idea mejor: él mismo se encargó de enviar una carta manuscrita a las esposas de los golfistas que él quería que participaran en su película invitándolas a cenar. No hubo ninguna baja, acudieron todas. Costner estuvo encantador durante toda la noche, se fotografió con todas y cada una de ellas, firmó fotografías, pagó la cena y les contó el proyecto. Una semana más tarde los golfistas, siempre tan ocupados en su puesta a punto, se presentaron en el campo de golf dispuestos a participar en el rodaje. Sus esposas les habían convencido.

En Estados Unidos acaba de ver la luz el libro Golf en Hollywood escrito por David D. Pavoni y Robert Z. Chew, autores que han recorrido los campos más famosos de los alrededores de Los Ángeles, los frecuentados por las estrellas del cine, para recabar anécdotas que van más allá de las que se suceden en el transcurso de un recorrido de 18 hoyos.

Entre otras cosas nos hemos enterado de cómo en 1994 Jack Nicholson empleó un hierro 3 para destrozar el parabrisas de un Mercedes Benz para acabar una discusión de tráfico o cómo el multimillonario productor Howard Hughes aterrizó con una avioneta en pleno campo de golf para impresionar a una joven Katharine Hepburn o cómo Harpo Marx se quitó los pantalones en pleno recorrido.

De acuerdo con Golf en Hollywood, en Bel Air hay un hoyo bautizado como el de los actores. Es el número 13, es un par 3 fácil, donde Gable, Astaire y Ray Bolger embocaron la bola de un solo golpe, logrando el deseado hoyo en uno con el que sueñan todos los golfistas. Desde el tee de este hoyo se divisa la casa de Dick Martin quien, un día jugando con el profesional aún en activo Fuzzy Zoeller, le retó a ver si era capaz de enviar la bola hasta su casa. Zoeller cogió el driver y en un lanzamiento comprometido de más de 283 metros, cruzando la calle del 14, metió la bola en el porche de la casa de Martin que lo celebró al grito de house in one.

Historias que hoy siguen produciéndose, aunque será difícil reunir a Costner, Nicholson o Clooney en una habitación jugando a cartas como antes hacían los autonombrados Caballeros de la mesa redonda: George Burns, Groucho Marx, George Jessel, Milton Berle, Danny Kaye o Danny Thomas, atraídos por la vida social en los clubes, sin olvidar que Errol Flynn acabó arrestado tras intentar seducir a una mujer casada durante una fiesta en la Casa Club.

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