Los Quince relajan sus objetivos de mejora de la enseñanza
Los ministros de Educación de la Unión Europea se fijaron ayer cinco objetivos para intentar mejorar la calidad de la enseñanza en los Estados miembros. Pero ellos mismos se encargaron también de suavizar los parámetros que medirán la evolución lograda hasta 2010, a pesar de que la UE achaca una gran parte del diferencial de competitividad con EE UU al actual estado de la formación escolar, profesional y universitaria.
España, que sólo cumple uno de los criterios y padece la segunda tasa más alta de la UE de fracaso escolar (28,6%), es una de las grandes favorecidas -o perjudicadas, más bien- por la relajación de unos objetivos que, a diferencia de lo que proponía la Comisión Europea, ya no serán vinculantes ni verificables país por país.
Los Quince se han propuesto reducir hasta el 10% la tasa media comunitaria de fracaso escolar, situada ahora en el 19,4%. La mayoría de los países se aproximan ya al objetivo, pero España, Portugal (45,2%) e Italia (26,4%) disparan la media comunitaria, que sin estos países se sitúa en el 13,7%.
Estudios secundarios
El porcentaje de alumnos menores de 15 años con serias dificultades en la lectura se espera reducir en un 20%. Se aspira también a que al menos el 85% de los ciudadanos de más de 22 años de edad concluyan los estudios secundarios.
En estudios universitarios, se quiere incrementar en un 15% el número de titulados en áreas de matemáticas, ciencias y tecnologías, reduciendo el desequilibrio entre hombres y mujeres que cursan estas carreras (un objetivo de igualdad que España ya cumple).
La formación continua durante la vida laboral se quiere extender al 12% de la población de entre 25 y 64 años de edad. Por otra parte, los ministros alcanzaron un principio de acuerdo para financiar con 180 millones de euros el programa Erasmus Mundus para estudiantes extracomunitarios de posgrado. El programa prevé unas ayudas de 21.000 euros anuales, cuantía similar a las becas Fulbright de EE UU.