La papelera Alier estrena una planta de reciclaje de residuos plásticos
La empresa familiar Alier, con sede en Rosselló (Lleida) y dedicada a la fabricación de papel reciclado procedente de la recogida selectiva, persigue desde hace años el llamado 'residuo cero'. La papelera ha puesto en marcha una planta de reciclaje mecánico capaz de aprovechar los plásticos que se tiran junto al papel usado, fundamentalmente los que embuchan las publicaciones periódicas o las bolsas en las que los ciudadanos portan el papel hasta los contenedores. Estas bolsas se transforman para obtener materia prima.
El gerente de la papelera leridana Arlier, Enric Navarrete, ha puesto en marcha una planta de reciclaje mecánico de plásticos que pretende 'aprovechar los residuos plásticos, fundamentalmente polietileno, que acompañan al papel usado, para revalorizar así el residuo del residuo y obtener un subproducto útil para otros usos industriales'.
La planta de reciclaje de plásticos consigue, a través de un proceso de selección y tratamiento a base de agua y energía mecánica, extraer de los restos de papel usado la parte de polietileno adherida y obtener un producto libre de impurezas, con el que se fabrican, entre otras aplicaciones, tuberías de riego, bolsas de basura y latas de aceite para vehículo.
Las previsiones de la papelera apuntan a una capacidad de generar unas 150 toneladas mensuales de polietileno, que 'contribuirán a evitar el depósito de esos residuos plásticos en un vertedero, además de disminuir las necesidades de producción de plástico nuevo eliminando el impacto ambiental que provocan los procesos químicos asociados a su síntesis', según Navarrete.
El grupo Alier, con una plantilla de cerca de 200 trabajadores, produjo en 2002 entre 140.000 y 150.000 toneladas de papel reciclado como base para la producción de sacos, papel para cajas y otros usos industriales.
La papelera, que también cuenta con la planta de manipulados Celsum y un 40% de participación en la empresa de cartonajes Ondulesa de Mollerussa, registró el año pasado una facturación por valor de 78,1 millones de euros. El 80% de sus ventas son nacionales y exporta el 20% restante, siendo la Unión Europea, con un 14%, su principal cliente.
Alier cuenta en su organigrama con un comité de medio ambiente, integrado por representantes y técnicos de la empresa y del colectivo ecologista Ipcena, cuya función es la de 'gestionar correctamente el funcionamiento ambiental de la fábrica'.
Las apuestas de Alier en defensa del medio ambiente la convirtieron en 1993 en la primera papelera española en conseguir la ecoetiqueta Ángel Azul de la Unión Europea, y fue pionera, en 1997, en instalar una depuradora biológica en su planta productiva de Rosselló.