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Cabinas para recargar el teléfono móvil

Se llama Yap y es un invento coreano que un emprendedor madrileño de 31 años, David Durrif, acaba de introducir en España. La idea es muy sencilla, como sucede con los inventos de mayor utilidad.

Se trata de un cargador de teléfonos móviles que puede ser utilizado con monedas en sitios públicos. Con el auge de la telefonía móvil, las cabinas de teléfonos públicas son utilizadas sólo en caso de extrema necesidad; es decir, cuando el usuario se queda sin batería en el celular.

Por eso, Durrif pensó que sería de gran utilidad instalar cargadores públicos, que impidan que la gente se quede 'descolgada' en los momentos más inoportunos.

Dicho y hecho. Durrif entró en contacto con los dueños de la patente del Yap y desde hace unas semanas el aparato está disponible en España. Su objetivo es instalar el cargador público en sitios estratégicos y de mucho tránsito, como aeropuertos, hospitales, hoteles o gimnasios.

La empresa fundada por Durrif, Yapcharger (presente en Internet bajo www.yapcharger.com), se encuentra ya en conversaciones con las principales cadenas hoteleras, como NH, y con AENA.

El funcionamiento del cargador es bastante sencillo: el aparato consta de dos partes, la caja principal, parecida a un teléfono de uso público, que sirve para realizar las operaciones con el Yap. El usuario teclea cuántos minutos quiere recargar el celular e introduce las monedas.

Al lado están las subcajas, donde se introduce el móvil dependiendo de la marca. Cada caja corresponde a un fabricante y, una vez depositado el teléfono, la tapa se cierra herméticamente hasta que la recarga quede finalizada por completo.

El Yap estándar cuenta con las cuatro marcas principales (Alcatel, Motorola, Nokia y Ericsson), pero se pueden ampliar hasta 28 para ofrecer todas las marcas del mercado.

El coste de recarga es de un euro cada 15 minutos. Y hay que tener en cuenta que la recarga en este aparato es tres veces más rápida que en un cargador normal.

Presente sólo en Asia (Japón y Corea del Sur, fundamentalmente), el Yap está ya homologado por la Comunidad Europea para su comercialización. En Europa, sólo la empresa de Durrif tiene los derechos para distribuirlo.

Además de negociar con empresas hoteleras y de transportes, el fundador de Yapcharger pretende llegar a acuerdos con centrales de medios para incluir publicidad en los soportes del cargador, al modo de las cabinas públicas.

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