El primer accionista de La Seda rechaza la compra de la portuguesa Selenis
La junta extraordinaria de accionistas de La Seda celebrada ayer aprobó una ampliación de capital de 60 millones de euros (20 millones con cargo a reservas) para financiar unas inversiones pendientes en la factoría de El Prat de LLobregat (Barcelona) y la compra de una factoría de fibra de poliéster en Portugal, propiedad actualmente del grupo Imatosgil, accionista de La Seda con el 5,3% del capital. En el turno de ruegos y preguntas, el administrador de la sociedad PC Siglo XXI (principal accionista de La Seda con el 13% del capital), Gustavo Pérez Carballo, intervino para mostrar (al igual que otros dos accionistas minoritarios) su descontento con el consejo de administración por no haber facilitado la información necesaria para determinar la valoración de la compañía que se va a adquirir.
El presidente de La Seda, Rafael Español, contestó que la empresa ha facilitado la información requerida por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), es decir, las cuentas de La Seda cerradas en octubre pasado. Al final, Pérez Carballo, que representa al grupo saudí Abahusain, votó a favor de todos los puntos del orden del día de la junta (entre los que estaba la segregación de la sociedad química IQA), pero 'condicionado' a la aclaración del plan de crecimiento industrial de la compañía textil.
En un encuentro posterior con periodistas, Pérez Carballo, destacó que prefiere invertir 30 millones en Cataluña para la construcción de la cuarta planta de polimerización de fibras de poliéster (CPU) de la empresa. Pérez Carballo reconoció que incluso cuenta con unos terrenos en cartera para realizar la inversión. El responsable del principal accionista de la empresa insistió en remarcar que se opondrá al proyecto en Portugal si no existen las mínimas garantías y si no se hace público el precio por el que Imatosgil compró Trevira a un grupo inversor hace año y medio.
Por su parte, Rafael Español presentó el viernes pasado el proyecto de adquisición de Selenis, una sociedad que perteneció a la antigua Hoechst y que más tarde pasó a denominarse Trevira. Esta factoría, ubicada cerca de la localidad lusa de Portalegre, es el único fabricante de fibra de poliéster de Portugal, mercado al que La Seda podría acceder.
El precio fijado en el preacuerdo de compra de la factoría firmado con Imatosgil es de 35 millones, una operación más cara que la propuesta por Pérez Carballo. Sin embargo, fuentes del sector afirmaron que la inversión mínima para levantar una fábrica de este tipo requiere una inversión de 50 millones.
En cualquier caso, parece que vuelven los enfrentamientos en el consejo de La Seda. Precisamente, Rafael Español indicó que ayer mismo entraría en el máximo órgano de gobierno el representante de PC Siglo XXI designado y que ha recaído en Felipe Moreno. El ingreso en el consejo es inmediato al existir una vacante. El consejo de La Seda recuperó la normalidad hace cuatro años, cuando Español pactó con el abogado Jacinto Soler Padró, que entonces contaba con alrededor del 9% del capital de la compañía. Desde entonces, la presencia de Soler Padró se ha ido diluyendo (ayer no asistió a la junta por motivos personales), coincidiendo con la entrada del grupo portugués Imatosgil.
La presentación de la opa de PC Siglo XXI de principios de este año retrasó la ampliación de capital aprobada ayer, pero ha permitido plantear una operación de mayor calado. De los 40 millones líquidos de la ampliación, alrededor de 15 millones servirán para terminar el aumento de capacidad de la planta de polimerización de El Prat (CPU dos) y el resto se destinará a la compra de Selenis.