'Chicago' da alas al musical
El éxito de la película en la pasada edición de los Oscar llega en el mejor momento para las aspiraciones del género. Los estudios ya piensan en la adaptación cinematográfica de obras como 'Guys and Dolls' o 'El fantasma de la ópera'
Y el Oscar a la mejor película fue para Chicago, la adaptación del ya clásico musical de John Kander, Fred Ebb y Bob Fosse, ganadora de los premios Tony en 1996, a la gran pantalla. Con el brillo que la estatuilla transmite a las películas, los productores de Miramax esperan alcanzar una recaudación en taquilla de 150 millones de dólares y poder siquiera llegar al listón del último gran musical, Grease, que al compás de los movimientos de cadera del entonces atlético John Travolta logró llevar los ingresos hasta los casi 182 millones de dólares, lo que la convierte en el musical más rentable de la historia hasta ahora.
Pero Chicago, con 45 millones de presupuesto, parece haber vuelto a poner el género en su sitio en el cine de la misma manera que el éxito de Spiderman ha dado lugar a una importante producción de películas de héroes de ficción. El Oscar da alas a un género que no seduce a los Oscar desde 1968, cuando la producción Oliver fue reconocida como mejor película. Martin Richards, productor de Chicago y coproductor de la versión original estrenada en Broadway, cree que el Oscar a la mejor película llega en el mejor momento para las aspiraciones del género musical. æpermil;l mismo tiene interés en la adaptación al cine de dos espectáculos: Sweeney Todd, un thriller musical ambientado en la época victoriana, y The Life, desvelaba tras la concesión del premio.
Miramax está también detrás del proyecto de llevar al celuloide otro clásico del Broadway de los cincuenta, Guys and Dolls, que ya conoció una versión cinematográfica interpretada por Marlon Brando y Frank Sinatra. En los mentideros del entretenimiento incluso se llega a barajar el nombre de una actriz que ya ha tenido experiencia en el género y que cuenta con el aval del Oscar, la imparable Nicole Kidman, protagonista de Moulin Rouge. No es la única historia que se quiere llevar al celuloide. El musical Rent de Jonathan Larson va camino de convertirse en una serie de televisión y Andrew Lloyd Webber ha expresado su deseo de llevar El fantasma de la ópera de nuevo al cine. El músico y productor ha comprado los derechos en poder de la Warner.
Desde los estudios se reconoce la dureza y la complejidad del género y de hecho una producción tan cuidada y novedosa como la de Moulin Rouge de Baz Luhrmann tuvo una acogida tan desigual en 2001. La película, que abrió el camino a Chicago y se convirtió en el primer musical en ganar una nominación al Oscar en la categoría de mejor película en 22 años, corre la suerte no obstante de convertirse en una película de culto de la misma manera que lo ha sido The Rocky Horror Ficture Show, que sigue siendo vista por los adictos en un cine de la Segunda Avenida de Nueva York.
De Broadway a Madrid
Lo que viene detrás de los seis Oscar de Chicago es fácil de adivinar. El dinero está ahora en historias que incluyen música y bailes. Jaime Azpilicueta, director de My fair lady, un musical de producción española que lleva 18 meses en cartel y ha recaudado más de 18 millones de euros, cree que el éxito de una producción no es tanto una cuestión de género como de talento. 'Hay que contar una buena historia', en su caso Pigmalion de George Bernard Shaw, 'y añadirle espectáculo', asegura.
Ahora que todo el mundo está convencido de que el musical ha vuelto, Jaime Azpilicueta recuerda que Jesucristo Superstar o Evita alcanzaron en España un gran éxito durante los setenta y los ochenta. Años después, sin embargo, se produjo un bache, que no se superó hasta el estreno de El hombre de La Mancha. 'Si un musical se monta con 10 millones de dólares en Broadway, era difícil hacerlo con cinco aquí', señala el director teatral.
Fernando Zabala, director de Sold Out, promotor de espectáculos como Mayumana que ya ha sido visto por 130.000 personas, reconoce que ha sido necesario que aparecieran multinacionales para ver en nuestros escenarios obras que antes sólo se veían en Nueva York o Londres.
De lo que no dudan es que el éxito de la película repercutirá en el teatro. Jaime Azpilicueta trabaja en estos momentos en su nueva obra, Sonrisas y lágrimas, el recambio de My fair lady. Además, en otoño se estrenará Cabaret, la versión de Sam Mendes y el aclamado coreógrafo y director de Chicago, Rob Marshall, estrenada en Broadway en 1998.
æpermil;xito de público
Los grandes musicales han roto las barreras de público en los escenarios españoles. Y ello a pesar de los mayores precios. Una de las obras de mayor éxito, la producción de Broadway La Bella y la Bestia, que permaneció en cartel 27 meses, fue aplaudida por un millón de personas. My fair lady, por su parte, ha sido vista hasta ahora por más de 550.000 personas. El musical acabará a mediados del próximo mes de mayo por compromiso de los actores, Paloma San Basilio y José Sacristán, puntualiza el director Jaime Azpilicueta.El musical de más reciente estreno, El fantasma de la ópera, una producción de Londres, lleva camino de batir todos los récords. En los siete meses que lleva en cartel ha sido vista por más de 350.000 personas.