Las empresas andaluzas toman posiciones en el sector aeronáutico
El grupo MP, de Sevilla, inició su andadura en los años setenta como fabricante de componentes especiales de ascensores. Cuando EADS decidió otorgar la parte del león del programa A-400M (el carguero militar europeo) a la factoría de Airbus en Sevilla, el grupo MP no lo dudó un instante y compró por 4,7 millones de euros la antigua HTM-90, compañía aeronáutica en crisis que había pasado de manos de la Junta de Andalucía a la de sus propios trabajadores y subsistía sin liquidez suficiente para afrontar los retos de obtener subcontrataciones de EADS y Airbus.
Esa compañía se ha convertido en la división de componentes mecánicos del grupo, que ha inaugurado ya la línea aeronáutica. Su presidente, Gonzalo Madariaga, aspira a situar su empresa como una de las principales subcontratistas de los programas A-400M y A-380 (el superavión comercial europeo), buena parte de los cuales se construirán en las cuatro factorías de EADS y Airbus en Sevilla y Cádiz.
El ex ministro de Trabajo Manuel Pimentel tampoco ha dejado marchar la oportunidad. Detea, la empresa de ingeniería, medio ambiente y construcción de parques empresariales que copreside junto a su ex compañero de pupitre en la Universidad, Rodrigo Charlo, ha sido una de las últimas en incorporarse al suculento negocio que se vislumbra tras los programas del gigante europeo. Detea ha comprado las compañías Tecaer y Fagot, ambas pertenecientes al malogrado consorcio aeronáutico Andalucía Aeroespacial, abocado a la disolución al no poder capitalizarse adecuadamente para absorber las exigencias de los encargos europeos.
Dornier y Boeing
Tras las adquisiciones, Detea ha fichado al jefe del programa Dornier 728, Sebastián Sheppard, para traer a Andalucía nuevos proyectos aeronáuticos además de los derivados de Airbus.
Se trata de una estrategia de diversificación de clientes repetida en otras compañías: el grupo MP está siendo tanteado por la delegación española de Boeing, a quien le interesa contar con la colaboración de empresas andaluzas para diversos programas.
Pero la prueba definitiva de que el negocio existe la tiene Sacesa, otra vieja compañía aeronáutica que ha sido completamente reconvertida, capitalizada e impulsada por iniciativa de la Junta de Andalucía para convertirla en el referente de las subcontratistas aeronáuticas andaluzas ante EADS y Airbus. Sacesa recibió la semana pasada un contrato de Airbus valorado en más de 400 millones de euros para fabricar la panza del A-380.
La llegada de los aviones europeos ha agudizado el ingenio. Un grupo de empresarios sevillanos, comandados por José Luis Puntas, se ha aliado con una empresa navarra y ha creado la minúscula Láser Guadalquivir, la única empresa andaluza capaz de cortar chapas para aeronáutica, naval y automoción.
La reacción de las industrias andaluzas se produce tras constarse la entrada de compañías aeronáuticas no andaluzas en la región. Gamesa ya cuenta con una división andaluza, denominada Easa del Sur, que se instalará en el parque aeronáutico que la Junta promueve en Sevilla, al calor de las factorías de EADS y Airbus.
La vasca SK-10 ya tiene sitio en el tecnoparque que la Junta promueve en El Puerto de Santa María (Cádiz). Empresas francesas y de otros países han reservado también suelo en el parque sevillano.