Empresarios españoles con contratos en Irak piden aclaraciones al Gobierno
La empresa gallega Espina Obras Públicas se disponía a enviar un cargamento de equipos de potabilizadoras de ósmosis inversa a Bagdad cuando, el pasado lunes, la ONU ordenó la retirada de sus inspectores y suspendió el programa Petróleo por Alimentos, vigente desde 1996 para asegurar el suministro de productos e infraestructuras básicas a Irak a cambio de petróleo. Desde ese día, Luis Antonio González Espina, director general de la empresa, intenta que alguien le diga qué hacer para no perder los 500.000 euros que tenía que cobrar.
'Tengo la carta de crédito de la ONU, pero no puedo cobrar hasta que un inspector del puerto iraquí Umm Qasr comunique a la ONU que la mercancía ha llegado', explica angustiado. 'Ahora, los inspectores se han ido, los plazos de la carta de crédito van corriendo y yo no puedo ni siquiera colocar la mercancía a otros clientes, porque son productos hechos a medida', añade.
Espina Obras Hidráulicas tiene otro pedido confirmado con carta de crédito de la ONU por 1,5 millones, a entregar antes de octubre. Se trata de 10 plantas potabilizadoras de agua, también hechas a medida, para las que ya tiene el material almacenado en su fábrica de Santiago de Compostela, en la que trabajan 250 personas. Según González Espina, 'el proyecto está parado desde hace un mes, porque no sabíamos qué hacer, pero el material ya está comprado y mi gente tiene que trabajar'.
La empresa ha hecho gestiones ante el Ministerio de Asuntos Exteriores, que 'echa balones fuera', según González Espina, ya que alega que se trata de un programa de la ONU con unas condiciones específicas que ahora no se pueden cumplir.
En estas gestiones ha intervenido la empresa malagueña Colaboración Industrial Española Iraquí (Ciesik), dedicada a promocionar el comercio entre los dos países y que representa a 40 compañías españolas. Según su gerente, José Ruiz, 'el Gobierno debe aclarar la situación o pedir a la ONU que dé solución a las empresas que tienen contratos en diferentes fases del programa, especialmente a los que tienen carta de crédito'.
Ciesik cierra en Bagdad
Ciesik y un grupo de empresarios visitaron Bagdad en diciembre de 2002 para preparar una feria española en abril, que, según Ruiz, 'se celebrará en cuanto sea posible'. Ciesik cerró recientemente su oficina en Bagdad -tiene otra en Ammán (Jordania)-, así como el centro de mantenimiento que había creado para dar servicio y repuestos a los clientes de las empresas españolas. 'Hemos repartido los 12.000 dólares de fondos que había en la oficina entre los 15 empleados iraquíes', explica José Ruiz. Una empresa del propio Ruiz, Cape Vermey, teme perder un contrato de un millón de euros en válvulas y rodamientos, aunque en este caso la carta de pago de la ONU no tenía fondos asignados y, por tanto, no tiene plazo.
España exportó a Irak por valor de 103,82 millones en 2001 y de 73,17 millones en 2002 (el 0,06% del total de las exportaciones). Sin embargo, para Espina Obras Hidráulicas Irak supone el 8% de su facturación -36 millones en 2002-. 'Cualquier exportador sabe lo que cuesta abrir un mercado, para que se derrumbe así', se lamenta Luis Antonio González Espina.