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Polítca/Guerra Irak

Alerta roja para el personal desplazado

A pesar de que las empresas no reconocen ninguna actuación de seguridad especial, la principal preocupación se centra en el personal trasladado a zonas próximas al conflicto

Cuando estalló el primer conflicto bélico en el golfo Pérsico en 1990, Miguel Ángel Vidal, director de recursos humanos internacional de Deloitte & Touche y experto en gestión de expatriados, trabajaba en el banco holandés ABN Amro Bank. Participó activamente en la evacuación de los directivos que trabajaban en las agencias que el banco tenía abiertas en varios países de la zona en conflicto como Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, entre otros. Había que evacuar a 60 directivos y empleados expatriados. Cuando comenzó el ambiente prebélico en la zona, recuerda, se abrió el protocolo de seguridad o plan de contingencia del banco y, antes de que se produjera la primera acción bélica, las familias de los directivos expatriados en el golfo Pérsico ya habían sido evacuados.

Según el barómetro del protocolo, cuando las mujeres y los hijos de los empleados de ABN Amro Bank abandonaron la zona, la 'alerta era mínima'. Entre la 'alerta media' y la 'máxima' todos los directivos también estaban a salvo en sus respectivos países de origen. Para ello, el banco fletó un avión. En las agencias se quedaron los delegados del banco hasta el último momento. Las oficinas se cerraron cuando todos los delegados salieron de la zona. En algunas ocasiones, los delegados se quedan hasta que acaba la guerra. En este caso, también se pusieron en marcha 'medidas de protección' para salvar datos y documentos. Todo se fue desarrollado con mucha calma, según explica Vidal, quien asegura que 'la gestión de expatriados está poco desarrollada en España' y aconseja que cuando una empresa se encuentre en este tipo de situaciones, pueden ser guerras, catástrofes ambientales o de otro tipo, 'lo mejor es solicitar asesoramiento de consultores expertos y especializados en la materia'.

De momento, no se tiene certeza de cuántas son las empresas españolas que tienen planes de contingencia (seguridad), pero, según Vidal, 'son pocas'. Aunque en opinión de la vicepresidenta y directora de programas de la consultora de recursos humanos y psicología ICAS, María Cervera, a raíz de los atentados de las Torres Gemelas 'las empresas se dieron cuenta de su vulnerabilidad, ya que pueden perder no sólo datos e información, sino también capital humano'. Por tanto, las empresas han visto la necesidad, continúa Cervera, de elaborar planes de evacuación o emergencia para ver cómo se debe actuar frente a situaciones críticas o de desastre.

Aunque prefieren mantener la discreción, se sabe, por ejemplo, que las grandes compañías (petroleras, eléctricas, aéreas o de telecomunicaciones) ya cuentan con estos protocolos. Según justifica Miguel Ángel Vidal, que lleva gestionando expatriados durante 15 años, se trata de 'información muy sensible para la empresa y que si se difunde deja de ser segura'. Empresas como Red Eléctrica, Coca-Cola, Nestlé, Ford España e Iberia declinaron realizar declaraciones sobre el tema a este periódico.

Los planes de contingencia para situaciones de crisis de cualquier tipo giran en torno a dos grandes ejes. Uno, la seguridad de las personas, y dos, la seguridad de las instalaciones, que puede ser muy complicada cuando se trata de compañías petroleras o centrales eléctricas.

En el caso de los empleados de empresas que trabajan en el exterior y viven situaciones similares a las del actual conflicto bélico de Irak, se les entrega un manual o protocolo de autoprotección (por ejemplo, cómo llevar juntos a los niños a los colegios, comprar alimentos, etcétera).

Seguridad colectiva

El segundo nivel es la seguridad colectiva. En un caso de bombardeo, el delegado de seguridad pone en marcha la evacuación ayudado por el coordinador de las familias de los empleados expatriados para la salida urgente del país en crisis. Así lo ha hecho el grupo petrolero Shell, que el pasado jueves evacuó a 260 empleados iraníes y extranjeros de los campos petroleros del golfo Pérsico.

El responsable de los expatriados, señala Miguel Ángel Vidal, 'debe tener previsto todo y no puede dejar nada para la improvisación o que los acontecimientos le pillen de sorpresa. Debe estar puntualmente informado de la situación geopolítica de la zona o del país en cuestión'.

En este sentido, apunta María Cervera, las empresas se enfrentan en estos momentos a un poderoso enemigo contra el que es muy difícil establecer acciones preventivas, como es el terrorismo y la guerra, pero para lo que tienen que estar preparadas es para ayudar a sus expatriados, a sus familias y a sus compañeros más directos. 'Es cierto que aquí en España vivimos la guerra con cierta lejanía, pero recomendamos a las empresas que tengan a expatriados en las zonas próximas al conflicto que presten apoyo psicológico a sus familiares', explica.

Consultoras como Accenture, Ernst & Young, KPMG Consulting, Deloitte & Touche o PricewaterhouseCoopers aseguraron que, de momento, no han recibido peticiones de sus clientes para que les asesoren sobre planes de seguridad o contingencia. Algunas de estas consultoras han señalado que se trata de asuntos internos de las empresas.

Voluntarios en las compañías aéreas

Las empresas están formando a sus empleados sobre cómo deben actuar en situaciones de emergencia. Según la vicepresidenta de la consultora ICAS, María Cervera, en estos momentos se está impartiendo formación a empleados voluntarios de algunas compañías áreas, como Spanair, Iberia o Aeroméxico, en primeros auxilios psicológicos. 'Lo mismo que se enseña en cuidados físicos se enseña en todo lo relacionado con el comportamiento humano. Son personas capacitadas a través de un curso para afrontar este tipo de situaciones', explica Cervera.Y es que, aunque las empresas españolas no estén acostumbradas a situaciones de guerra, si están habituadas, por ejemplo, a acciones terroristas. Lo explica el responsable de la consultora especializada en recursos humanos Hay Group, Enrique de Mulder, quien asegura que desde que ocurrió el atentado por parte de ETA en Hipercor 'casi todas las grandes empresas tienen asignado un responsable para temas de seguridad y forman a sus empleados en normas de seguridad e higiene en el trabajo'. En opinión de De Mulder, 'las empresas no están realizando actuaciones especiales de emergencia por la guerra, pero si que existe una tradición en España para mantener la seguridad y la calma en situaciones complicadas'. Señala que la alarma, aunque de momento no lo haya hecho, puede saltar en cualquier momento.

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