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Efectos económicos

EE UU degrada la fiabilidad del GPS y desorienta a millones de vehículos

Como ya ocurriera en anteriores episodios bélicos, no existe confirmación de que el Departamento de Defensa de Estados Unidos haya iniciado maniobras de manipulación de la fiabilidad del sistema de posicionamiento global (GPS), como consecuencia del desencadenamiento de las operaciones militares en Irak. En los últimos días, no obstante, han comenzado a acumularse evidencias de que el sistema no actúa con la exactitud de los tiempos de paz.

El GPS nació hace tres décadas como un instrumento del Ejército de los Estados Unidos. Se trata de una constelación de 30 satélites de baja órbita que permite a las personas o vehículos que tengan los instrumentos adecuados determinar cuál es su posición en cualquier punto de la geografía del planeta. Con el tiempo ha sofisticado sus funciones y ahora permite conocer parámetros como la velocidad de los vehículos, la altura, el recorrido cubierto y el trayecto que les queda por cumplir.

A pesar de su origen militar, hoy lo utilizan de forma gratuita, ya sea con fines de ocio o de forma industrial, miles de vehículos en todo el mundo: barcos de recreo o dedicados al tráfico de carga y pasajeros, camiones, autobuses, trenes, coches, etc. En la última década se ha hecho común el uso del GPS para la gestión del tráfico de flotas de las empresas de transporte.

El Gobierno estadounidense ha mantenido negociaciones con sus homólogos de la Unión Europea desde el año 2000 con el fin de buscar alguna forma de colaboración del GPS con el sistema de posicionamiento global que se está desarrollando en Europa y que recibe el nombre de Galileo.

En estos encuentros los responsables del ejército de EE UU se han mostrado dispuestos a realizar algunas cesiones para favorecer la colaboración, pero siempre han sido intransigentes ante las peticiones europeas para conseguir un compromiso de mantenimiento de la fiabilidad del GPS en caso de conflicto bélico.

Los expertos aseguran que los militares estadounidenses, en situaciones de guerra, distorsionan la información que emiten los satélites de la constelación GPS. La distorsión es completamente aleatoria y tiene como objetivo que el enemigo no pueda establecer con precisión su situación. Como consecuencia de ello también se ven alteradas las coordenadas de posicionamiento de los millones de vehículos que utilizan el GPS con fines estrictamente civiles.

Aunque es absolutamente imposible determinar el grado de distorsión que se aplica en cada momento, porque nunca se da información sobre ello, la experiencia indica que de una fiabilidad en la localización inferior a los 20 metros en tiempos de paz, puede llegarse a desplazamientos entre 500 metros y un kilómetro sobre la ubicación real del vehículo durante los periodos bélicos.

Los aparatos de GPS que se montan sobre los vehículos han alcanzado precios realmente muy bajos, inferiores a los 150 euros en las versiones más sencillas, y se venden en las tiendas de electrodomésticos.

El sistema Galileo, paralizado desde hace un año

El uso unilateral que Estados Unidos hace del GPS ha sido uno de los argumentos que llevaron a la industria espacial europea y a la UE a lanzar en 1999 un programa de posicionamiento paralelo, pero mucho más avanzado, conocido con el nombre de Galileo que debe estar operativo en 2008.Tras un tortuoso camino en el que los intereses industriales y políticos de distintos países europeos estuvieron a punto de colapsarlo, Galileo fue aprobado en marzo del año pasado, coincidiendo con un Consejo de Ministros comunitario celebrado en España. A pesar de este espaldarazo, desde entonces los problemas han continuado y aunque el presupuesto de la Agencia Europea del Espacio y de la propia UE ya están disponible, puede asegurarse que el programa ha vuelto a vía muerta.Con una inversión de 3.600 millones de euros, Galileo constará de una constelación de 30 satélites que se situarán en una órbita de la Tierra a 24.000 kilómetros de altitud. Al ser de última generación, sus satélites llevarán sofisticados equipos informáticos a bordo, lo que les permitirá ofrecer prestaciones de localización y posicionamiento por debajo de un metro de desviación. Tal precisión permitirá que su principal aplicación sea en servicios de navegación aérea. No obstante se ha previsto un sinnúmero de servicios civiles y militares, muchos de ellos en combinación con la telefonía celular.

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