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Turismo

El CES denuncia que la prosperidad del sector no ha alcanzado al empleo

El crecimiento turístico que ha experimentado Andalucía durante los últimos años no ha tenido reflejo, ni cuantitativo ni cualitativo, en la evolución del empleo. Un informe elaborado a instancias del Consejo Económico y Social (CES), por los catedráticos de Derecho y Economía Jesús Cruz Villalón y José María O'Kean, pone de manifiesto cómo el mercado laboral apenas si se ha beneficiado de la prosperidad turística.

El movimiento económico del sector entre 1990 y 2002 se ha triplicado, hasta alcanzar los 13.200 millones de euros. Sin embargo, el empleo aumentó en 42.000 personas, cifra que representa un crecimiento del 42%. Y eso a pesar de que tan sólo en los últimos tres años se han incorporado 35.000 nuevas plazas en los hoteles y apartamentos turísticos andaluces.

Esta tendencia, no obstante, cambió el año pasado, puesto que la desaceleración turística provocó que los ingresos del sector sólo crecieran un 0,3%, mientras que el empleo aumentó un 10%.

El informe del CES también pone el acento en el escaso peso que tiene el turismo en el conjunto del mercado laboral andaluz. En este sentido, precisa que la población activa apenas si representa el 9,33% del total de Andalucía, sólo 20 décimas por encima que una década atrás. Y eso a pesar de que se trata de la principal industria de la región.

Pero las contradicciones entre la evolución del negocio turístico y el mercado laboral no son sólo cuantitativas. El aspecto cualitativo es aún más relevante. El sector arrastra las secuelas de una elevadísima temporalidad. Según los autores del estudio, el volumen de temporalidad alcanza al 54,5% de los trabajadores, ocho puntos por encima de la media andaluza y 12 sobre la tasa de temporalidad española.

Cruz Villalón y O'Kean advierten del escaso peso que tiene la contratación fija discontinua: 'Se utiliza cada vez menos, en gran medida porque no se incentiva'. El abultado número de contratos temporales provoca, a su vez, importantes 'desequilibrios internos de difícil resolución, ya que la inestabilidad laboral influye de forma negativa en la competitividad del sector y en las posibilidades de formación', lo que, finalmente, repercute en 'la calidad'.

Formación

El segundo aspecto que entorpece la formación de los empleados es la falta de oferta. La hostelería y el turismo apenas si representan el 4% de la formación reglada, mientras que las empresas incentivan poco el reciclaje profesional, como pone de manifiesto que 'apenas se motive mediante complementos salariales', según matiza Jesús Cruz Villalón.

En este aspecto, sin embargo, se ha comprobado que el 17,5% de los empleados del sector están sobreformados. En este caso se trata de mujeres, con licenciaturas universitarias y contratos a tiempo parcial, que trabajan en las áreas de recepción o administración. Por el contrario, el 28,8% de las plantillas están infraformadas. A este grupo pertenecen hombres de entre 45 y 54 años, con contratos indefinidos, que trabajan en restauración y que son analfabetos o no tienen estudios.

Otro punto negativo que se aprecia reside en los salarios. El turismo se ha acabado convirtiendo en un 'sector refugio' al que se acude cuando el conjunto del mercado laboral va mal.

Jesús Cruz Villalón calcula que la hora de trabajo se paga por debajo de los siete euros, al tiempo que la jornada laboral 'es muy elevada'. La jornada media, según los convenios, se sitúa en torno a 40 horas semanales, si bien, las horas extraordinarias son práctica común.

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