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Brasil

Merrill Lynch y Fitch elevan la recomendación de la deuda de Brasil

La agencia de calificación Fitch y el banco de inversiones Merrill Lynch elevaron ayer sus respectivas calificaciones de la deuda brasileña hacia posiciones estables. Fitch elevó la perspectiva para el bono brasileño de negativa a estable, aunque descartó rebajar la clasificación de riesgo de la deuda soberana, que actualmente se encuentra cinco escalones por debajo del grado de inversión, en B.

Merrill, por su parte, mejoró la recomendación de la deuda desde por debajo de mercado a dentro de la media, una vez que ha reconocido que se equivocó en su reciente apreciación de los valores brasileños como bonos de alto riesgo. Los títulos de Brasil han tenido la mejor revalorización de los títulos emergentes, con un aumento de casi el 4,5%.

Tanto Fitch como Merrill anunciaron que seguirán de cerca la política de contención de gastos del Gobierno y la implementación de las reformas anunciadas por el mismo.

Precisamente, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, prometió ayer lunes enviar al Congreso las propuestas para reformar los sistemas tributario y de pensiones en los próximos tres meses, con lo que adelanta las fechas para aprobar estas reformas clave, inicialmente previstas para la segunda mitad del año. Lula, en una comparecencia ante empresarios en São Paulo, dijo que enviaría al Congreso un proyecto de ley para reformar el sistema de pensiones antes de mayo y otra propuesta para modificar el sistema tributario antes de junio.

Aunque Lula había prometido antes enviar las reformas al Congreso en el primer semestre del año, el actual debate sobre la forma que tomaría la legislación había llevado a cierta confusión respecto a cuándo serían en realidad presentadas a la legislatura. Su Gobierno dijo previamente que las reformas al sistema de pensiones estarían listas para mayo.

Las dos reformas han sido catalogadas por la Administración de centro-izquierda de Lula como una prioridad para su primer año en el poder y ha habido una creciente presión para que Lula cumpla sus promesas electorales.

Los inversores también están interesados en ver los dos proyectos convertidos en ley, ya que las reformas tendrán una gran importancia para asegurar la sostenibilidad de la deuda pública de Brasil, de 250.000 millones de dólares. (227.272,72 millones de euros). El sistema de pensiones de los trabajadores estatales redujo las arcas del Gobierno unos 15.000 millones de dólares (13.636,36 millones de euros) en 2002.

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