Aznar se cree avalado por el Parlamento para respaldar la guerra
Los 183 votos del PP que arroparon el martes la postura del Gobierno ante la crisis iraquí suponen su legitimación y, por lo tanto, el Ejecutivo considera que su actuación ante el conflicto deriva 'del mandato de la Cámara, que representa la soberanía nacional'. Esta es la tesis principal que ayer sostuvo José María Aznar en el pleno del Congreso, donde reiteró la necesidad de presionar a Sadam Husein con una segunda resolución de la ONU para conseguir su desarme. 'La comunidad internacional no se puede conformar con gestos vacíos. Irak debe desarmarse de forma inmediata, completa e incondicional', señaló el presidente, al tiempo que se conocía el anticipo de Rusia y Francia de que vetarán una resolución que autorice la guerra.
Aznar se regodeó del respaldo logrado el martes en la votación de la proposición que le deja manos libres para acomodarse a cualquier escenario, al tiempo que calificó de 'ridícula' la pretensión de la oposición de cuestionar la cohesión del Partido Popular en un momento tan complicado para el Ejecutivo.
El líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, y el resto de los portavoces de la oposición emplazaron al presidente a buscar el consenso de todas las fuerzas políticas. 'En un momento trascendental como este, no debe buscar el aplauso de su partido, sino trabajar por la complicidad de todo el Congreso', mantuvo Zapatero, quien recordó que es la primera vez desde el inicio de la transición en que un Gobierno está dispuesto a respaldar un ataque militar 'en contra del sentir de toda la oposición'.
Aznar acusó a Zapatero de convertirse en 'compañero de viaje de Sadam Husein' y de ponerse en manos de Izquierda Unida. Esta última apreciación también se la hizo en tono de reproche al portavoz de Convergència i Unió, Xavier Trias, por la forma en la que se ha sumado a las principales fuerzas de la oposición en contra del Gobierno. 'Cuando se colocan ustedes detrás de ciertas pancartas tienen todas las de perder. Están en el lugar equivocado', le dijo Aznar a Trias. Este último le recordó al presidente su larga trayectoria democrática e, incluso, su militancia en Comisiones Obreras. 'No me asustan las pancartas, nosotros estamos con la paz; de usted nos separan las formas...', le respondió enérgico a Aznar quien hasta ahora era considerado por el Gobierno un aliado fiel.
En el cruce de críticas, el presidente acusó a Zapatero de oponerse a la guerra contra Irak por oportunismo electoral y le insinuó que la intervención militar en Kosovo fue apoyada por el PSOE en 1999 porque el ex ministro Javier Solana, hoy mister Pesc, ocupaba el cargo de secretario general de la OTAN.
En el debate sobrevoló el uso partidista que el PP hizo de la lucha antiterrorista antes de llegar al Ejecutivo.
'¡Si es verdad que se va pronto, déjenos en paz!'
Para coronar su discurso, Zapatero encadenó un rosario de frases que probablemente sentarán precedente: '¿Adónde va usted?', le preguntó al presidente. 'Si es verdad que se va pronto, ¡déjenos en paz, señor Aznar! ¡Déjenos como estábamos!', señaló con firmeza dirigiéndole la mirada.Casi todas las provocaciones de Aznar fueron respondidas desde los bancos de la oposición con gritos en contra de la guerra. Zapatero advirtió al presidente, sin más concreciones, que si no rectifica su posición y deja de apoyar a Estados Unidos, el próximo debate parlamentario sobra Irak 'tendrá otras características'. La frase dejó escamados a los diputados del PP, conscientes de que algunos portavoces de la oposición han hablado de la posibilidad de una moción de censura en caso de que el Gobierno no se someta a una cuestión de confianza si finalmente apoya una guerra sin autorización de la ONU.