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Encuesta

Aumenta el deterioro de la actividad económica en la zona euro

La economía del sector privado de los 12 países que comparten el euro no creció el mes pasado, según el índice Reuters de producción, publicado ayer. El estudio señala que 'la demanda de bienes y servicios creció sólo marginalmente, mientras que aumentaron los costes de las materias primas, impulsados primordialmente por el alza del precio del petróleo'.

El informe, denominado Índice Reuters de Gestores de Compra de la Eurozona, comprende los datos de 5.500 compañías manufactureras y de servicios de España, Alemania, Austria, Francia, Grecia, Irlanda e Italia y cubre el 92% de la producción de la eurozona. El panorama no es nada positivo para el mercado laboral. 'Afrontando el creciente precio de las materias primas y la persistente incertidumbre relativa a la situación en Irak y a la fortaleza económica mundial, las compañías a lo largo de la zona euro escogen de nuevo recortar el empleo', señala el informe elaborado por NTC Research.

La encuesta relativa al empleo se situó en febrero en 46,4, una ligera mejora respecto a enero, cuando se situó en 45,9. En cualquier caso, la línea de 50 es la que separa la expansión de la contracción y todos los resultados en este ámbito han permanecido en el terreno negativo.

Sector servicios

El deterioro del sector servicios es el más preocupante. El índice de producción refleja un retroceso espectacular de la actividad terciaria, la más importante en la eurozona. Así, el promedio del indicador durante 2001 fue de 59,8. En 2002, el sector aún se mantuvo en el lado positivo de la balanza, pero la media fue ya de 51,6 puntos. En febrero, el resultado fue de 48,9. La actividad entró en contracción por primera vez desde septiembre y además la caída fue la más fuerte en 15 meses.

El indicador de empleo refleja los problemas que atraviesa el sector. De 52,5 en 2001 a 49,4 en 2002, lo que indica que el año pasado ya empezaron a destruirse puestos de trabajo. En febrero, el ritmo de despidos se atenuó respecto a enero y pasó de 45,6 a 45,9, pero el indicador permaneció en terreno negativo por séptimo mes consecutivo.

Sin embargo, Europa no retrocede homogéneamente. La salud del sector varía en función del país. 'En Francia y en Italia, la actividad continuó expandiéndose .... En contraste, el nivel de negocio cayó bruscamente en Alemania, deteriorándose al ritmo más rápido en los seis años de historia del índice. Los niveles de actividad de los negocios también cayeron en España'.

La actividad manufacturera sale mejor parada en el informe, que destaca que este sector 'da las primeras señales de mejora de las condiciones empresariales en seis meses, aunque el crecimiento permanece débil. Así, el indicador de la actividad manufacturera subió de 49,3 en enero a 50,1 en febrero. Además, los riesgos para la actividad del sector son muy altos. El estudio señala que la actividad manufacturera 'está lastrada por la fuerte caída del empleo y el continuado descenso de los inventarios de materias primas de las fábricas, ya que las compañías buscan reducir costes en un ambiente de incertidumbre económica'.

La incertidumbre sobre una posible intervención militar contra Irak ha sido reconocida de forma general como la explicación para la debilidad económica mundial. Pero ese argumento empieza a desmoronarse.

Irak no tiene la culpa

El martes pasado, una encuesta realizada entre los 1.200 miembros de la Federación Nacional de Empresas de EE UU revelaba que sólo el 8% de los empresarios reconoce que el 'asunto Irak' es la razón para no hacer nuevos planes de inversión.

En Europa, la situación es similar. 'Claramente, las actuales tensiones geopolíticas están exacerbando los efectos adversos de unas condiciones económicas globales deprimidas en la actividad de la zona euro. En línea con la mayoría de las expectativas, esperamos ver una leve mejoría, pero no una significativa recuperación, una vez que se resuelva el conflicto de Irak', explicó a Cinco Días el economista jefe de NTC Research, Luke Thompson.

La crisis internacional sí ha impulsado la cotización del barril de brent, que ha subido un 45% en un año. El encarecimiento del crudo se ha trasladado a las materias primas. En un contexto de debilidad económica, las empresas apenas han podido trasladar esta subida a los productos finales; los márgenes caen y agravan la situación de las compañías. La perspectiva es, por tanto, que la actividad siga empeorando a corto plazo.

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